‘Aunque estás enganchada al ordenador, ¡aprendes!’. Esta es la conclusión que mi hija de ocho años ha sacado después de descubrir que puede programar desde el ordenador de casa. Ni mi marido ni yo somos informáticos, pero gracias a unos buenos amigos hemos descubierto una aplicación para enseñar a programar a los niños desde casa. ¿Quieres conocerla?
Beneficios de enseñar a los niños a programar
Siempre que los padres pensamos en conocimientos y extraescolares que nos gustaría que hiciesen nuestros hijos se nos viene a la cabeza el inglés, la música o algún tipo de deporte como el fútbol, el baloncesto, el yudo o la natación.
En los últimos años, los colegios y las escuelas o academias están ampliando su oferta de actividades y están apostando por la programática y la robótica. Y es que se trata de dos propuestas educativas y lúdicas con un montón de beneficios para los niños. ¿Quieres conocerlas?
1. Potencian su creatividad. Son capaces de diseñar una página web, montar su propio robot o crear su propio videojuego.
2. Tienen una nueva visión de la tecnología. Siguen siendo ‘adictos’ al whatsapp o a instagram, pero ahora son más sabios y pueden entender y comprender todo lo que hay detrás. Además pueden llegar a descubrir otros usos.
3. Fomentan su capacidad para resolver problemas. ¿Cómo hacer que un oso baile? Ante esta pregunta, los niños se ven en la necesidad de encontrar soluciones a la pregunta y solucionarlo con éxito.
4. Desarrollan su pensamiento crítico. Aquí todo tiene unas reglas y un por qué, y todo tiene un orden.
5. Aprenden más rápido. Ellos son nativos digitales. No han venido a este mundo con un móvil debajo del brazo, pero casi porque desde edades tempranas están muy familiarizados con dispositivos como tabletas, ordenadores o móviles. Esto hará que una vez que se pongan a programar, todo sea más fácil y rápido.
6. Favorecen el trabajo en equipo. La programación suele ser una actividad de equipo, ya que suele estar incluida dentro de un proyecto. De ahí que algunos estudios hablen de que los niños que aprenden a programar son menos egoístas.
7. Aprenden inglés. Y es que muchos de los manuales de programación están en inglés y eso hará que estudien este idioma sin darse cuenta y hasta que lo encuentren divertido.
Y no podemos dejar de mencionar otra ventaja a largo plazo: les ayudará en la búsqueda de oportunidades de trabajo cuando salgan al mercado laboral.
Aplicaciones con las que empezar a programar desde casa
Nuestro primer acercamiento con la programación fue a través de la web Studio Code (esta página es una adaptación de MIT, la universidad que originó este sistema para programación a los niños) con la que tu hijo podrá crear auténticas coreografías y montarse su propia fiesta en casa. ¿Quieres saber un poco cómo funciona?
Los niños aprender a escribir en software y son capaces de dar movimientos a distintos bailarines según van combinando estos códigos. ¡Es alucinante! La propuesta de esta página web cuenta con un cuerpo de baile de los más variopinto y original: piñas con cuerpo de humano, ranas que se mueven sin parar y osos con mucha marcha.
Los bailes pueden ser muy interactivos (tú puedes cambiarlos según tocas las flechas del ordenador) y pueden hacer casi de todo: levantar las manos, mover las caderas, abrirse de piernas e, incluso, interactuar entre ellos.
Luego, por supuesto, está la otra parte. Elegir la música que acompañe a estas coreografías. ¡A tu hijo (como a la mía) le costará elegir porque hay grandes hits de Lady Gaga, Katy Perry o Nicki Minaj! ‘Programar es muy divertido y me hace sentir muy libre porque puedo elegir la música que más me gusta y los bailarines que más me llaman la atención. ¡Es genial! Y luego está el momento en el que puedes elegir tu fondo. ¡Todos súper monos y muy fiesteros!
Si te pierdes, no te preocupes. En cada pantalla (10 en total), tienes un vídeo explicativo y un asistente que te va dando pistas sobre qué hacer o cómo hacerlo para que esté perfecto. Pero lo mejor es que vayáis probando en casa. ¡Quién sabe si tienes al próximo Bill Gates viviendo contigo!
Y, sorpresa, al terminar tu creación: los niños obtienen un diploma y, todo sea dicho de paso, les motiva un montón para seguir haciendo más y más coreografías. ¿Empezamos?
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