Domingo por la mañana, cogemos las mochilas y nos encaminamos al Teatro Alcázar Cofidis dispuestos a irnos de viaje a un lugar maravilloso. Creedme cuando os digo que merece la pena embarcarse en esta aventura porque en el país al que nos dirigimos reina el amor y, sobre todo, la música. Esto es lo que descubrirás en ‘El pequeño país del swing’, que tú también puedes visitar el próximo 30 de diciembre a las 17.00 horas.
Siente el ritmo de ‘El pequeño país del swing’
Cuando les digo a mis hijas que vamos al pequeño país del swing me miran con cara de no saber muy bien dónde las llevo. ‘¿Swing mamá? ¿Eso no es nadar en inglés?’, me preguntan. Yo les contesto que es un estilo musical que quizás ellas, como sus amigas, desconozcan porque no es lo que suelen escuchar habitualmente. Aún así les comento que preparen su cuerpo porque esta marcha está a punto de comenzar y va a ser muy emocionante.
A esta travesía nos acompañan un chico y una chica. Al parecer viajan al país del swing por primera vez, como nosotros. Después de instalarse en sus casas, comienzan a disfrutar de las calles del país del swing y, poco a poco, baile tras baile y siempre bajo la maravillosa voz de Cuca Albert y unos músicos portentosos, nos vamos adentrando en un estilo musical lleno de ritmo, de acordes maravillosos, de pies locos que se mueven sin parar, de giros, de vitalidad…
Sin darte cuenta, tus pies se mueven, como también lo hace tu espalda, tu cabeza y hasta tus brazos, y descubres que, a pesar de que en el país del swing también hay penas y desamores, la música consigue hacer que duren menos y que el amor vuelva a la vida de los dos protagonistas.
El ritmo y las ganas de bailar se contagian entre el público, que no duda en unirse a las divertidas coreografías que organiza esta pareja sobre el escenario para que todos sintamos el swing en las venas.
Lo más impresionante de todo es que en esta propuesta escénica no hay ni una sola conversación por parte de los protagonistas; es la música y sus bailes los que consiguen hacer entender al público lo que piensan y lo que sienten en cada momento. ¡Y es que la música es un lenguaje universal y tiene el gran poder de unirnos a todos!
Es tal la alegría que inunda al público que, incluso cuando baja el telón, pedimos un bis (el famoso ‘¡otra, otra, otra’!) enloquecidos, como si estuviésemos en un concierto del último cantante de moda.
Niños y mayores gritamos, aplaudimos y reímos cuando los músicos vuelven a sus puestos y cantantes y bailarines con sus mejores galas nos deleitan con una música algo más de esta época navideña.
Un espectáculo que no os podéis perder (recuerda, próxima función 30 de diciembre a las 17.00 horas en el Teatro Alcázar Cofidis de Madrid), porque saldréis del teatro bailando, cantando y con una alegría en el cuerpo que os durará varias horas o días.
Un montaje que puede que consiga hacernos entender la importancia de la música en nuestra vida y, sobre todo, lo necesario que es acercar todo tipo de estilos musicales a los más pequeños. Una prueba de ello: mis hijas, al llegar a casa, han buscado más canciones de música swing en YouTube.