Imagina que llega un día en el que tu peque tiene que exponer un proyecto en clase. Se bloquea por los nervios, le da pánico hablar delante de los compañeros y acaba atascándose o pasándolo fatal. O quizá es más mayor y tiene que redactar un examen o incluso hacer unas oposiciones. Imagina que somos nosotros los que tenemos que hacerlas o que hablar con nuestro jefe. El libro ‘Enséñame a comunicar’ te da algunos trucos para ayudar a los niños a hablar en público. Y quizás su lectura te ayude a ti también, papá o mamá.
Pierde el miedo a hablar con público con ‘Enséñame a comunicar’
Nadie nos ha enseñado educación emocional y, del mismo modo, nadie nos ha enseñado expresión oral y escrita, asertividad o comprensión lectora. Y al final la comunicación es básica en nuestra vida, como lo es respirar o como lo es saber canalizar las emociones adecuadamente para no sufrir ni hacer daño a los demás.
Porque una comunicación no adecuada puede llevar a no conectar con nuestros hijos, a cargarnos una conversación e incluso a conflictos involuntarios. En la actualidad, sacamos muy poco partido a la expresión escrita, oral y no verbal (que determina el 90% de una conversación, ahí es nada). Y continuamente estamos comunicando.
‘Enséñame a comunicar’, escrito por Lara Fernández, es una guía esencial, una herramienta con consejos claves y 80 recursos y actividades prácticas para jugar en casa o en el aula, y fomentar así el aprendizaje del lenguaje y la comunicación.
La importancia de enseñar a los niños a hablar en público
Porque hablar en público sigue siendo nuestra asignatura pendiente y porque de ningún modo queremos que nuestros hijos tengan esas carencias que hemos tenido nosotros. Queremos que comprendan los mensajes para que puedan desarrollar un pensamiento crítico. Y por eso es fundamental que les enseñemos a expresarse correctamente.
Porque como padres y madres, queremos que nuestros hijos nos escuchen y que se comuniquen con nosotros, sobre todo cuando son adolescentes y se nos complica esta etapa. Y para eso tenemos que sembrar previamente y enseñarles lo que es una buena comunicación, afectiva y efectiva.
Es una receta fraguada a fuego lento que tiene, además del ejemplo, otros ingredientes. Porque nuestros hijos no aprenden lo que les decimos o les explicamos. Nos aprenden a nosotros, aprenden de lo que hacemos. Y si añadimos el juego, la presencia, los cuentos, la escucha activa… tenemos un cóctel precioso.
Así que este libro, prologado por el maestro Manu Velasco, nos invita a desaprender para aprender mientras jugamos con nuestros hijos a comunicarnos de forma oral, escrita y no verbal.
Si quieres conseguir un ejemplar, contacto con su autora, Lara Fernández a través de su instagram.