A los pies de la sierra de Gredos se encuentra Arenas de San Pedro, un pueblo abulense que ofrece un montón de actividades y propuestas de ocio para hacer con niños. Desde sus cuevas del Águila hasta sus piscinas naturales pasando por las distintas propuestas de senderismo. Hoy en Family Time te vamos a hablar de uno de nuestros últimos descubrimientos: la senda de los pescadores.
Consejos para hacer la senda de los pescadores con niños
Antes de entrar en detalle sobre la senda de los pescadores tengo que darte algunas pautas. Por un lado, se trata de una ruta (si la hacéis entera) de 10 kilómetros, que os puede llevar completarla cinco horas, con lo que es recomendable echar la mochila a la espalda con comida y agua.
Por otro lado, la dificultad la calificaría de media, lo que hace que no sea muy apropiada para niños menores de 7 años, a no ser que estén muy acostumbrados a andar. Por experiencia te contaré que mi hija de casi 5 años fue gran parte del camino en brazos de su padre, ¡y ahí lo dejo!
Dicho esto, ¡comenzamos! Aparcas el coche en el polígono del pueblo, pero no te asustes, lo que te espera una vez que comienzas a andar encierra una gran belleza. Verás un camino que tendrás que seguir alrededor de una media hora, pero ya sabes que estás cosas son aproximadas y dependerá de la edad de los niños y la fuerza y la energía con la que os levantéis. ¿Habéis desayunado bien? ¡Entonces todo irá a buen paso y seguro que solo tardáis 20 minutos!
Senda de los pescadores, el mejor plan al aire libre con niños
De repente verás un precioso puente llamado el Pozo Quirol con una pasarela de madera y metal y un cruce de caminos. A partir de este punto verás señalizaciones indicándote que estás en la senda de los pescadores (fíjate en las marcas blancas y amarillas). Desde este lugar, calcula unas tres horas de caminata.
Se trata de una ruta circular en la que, por momentos, tendrás las sensación de haberte perdido en mitad del bosque y que te regala unas maravillosas vistas.
Por momentos vas al lado del río Pelayo y en otros tramos vas literalmente por la montaña y, en ocasiones, tienes que escalar o saltar rocas para poder continuar tu camino o apartar de tu cabeza ramas de algún árbol típico de la zona como robles, castaños, helechos o madroños. Incluso verás que algunas de las señalizaciones están pintadas sobre las piedras porque es imposible poner una baliza.
Esta ruta es para hacerla sin prisas (habrá momentos que cruzaréis pequeños puentes de tablas de madera, ¡toda una aventura para los más pequeños de la casa!) y pararte a sentarte en una roca del río. Los más atrevidos, porque el agua a pesar de ser verano estaba fría, podrán aprovechar para mojarse los pies o jugar con el agua en algunas de las pozas y pequeñas playas con las que os toparéis. La más famosa lleva el nombre de charco calderillo.
Verás que hay mucha gente que va acompañada de su mascota, así que si es tu caso, ¡no dudes en invitar a tu perro porque lo disfrutará tanto como tú!
Si continúas avanzando, alcanzaréis a ver la conocida como la ermita de los Llanos, que está junto al puente que lleva su mismo nombre y que deberás cruzar. Continúa hasta el puente Viejo de Pelayo, atraviésale para emprender dirección al pueblo y volver al cruce que te he comentado al principio. ¡No hay pérdida!
Si te has quedado con ganas de más, a cuatro minutos en coche está el área recreativa de Arenas de San Pedro con sus piscinas naturales para descansar y reponer fuerzas. ¡Feliz día y mejor ruta!