¿Quién dijo que las segundas partes nunca fueron buenas? Esta podría ser la frase que mejor resume cómo ha sido nuestra experiencia en BrasayLeña, tras regresar a uno de los locales de la cadena de restaurantes después de 14 años.

BrasayLeña, lo que tienes que saber

Aviso a navegantes: a este restaurante brasileño tienes que ir con hambre. Con esto no quiero decir que tengas que comer como si no hubiera un mañana, algo típico en los buffets libres de los hoteles, sino más bien que te recomendamos desayunar ligero para poder probar todas las opciones de carnes que hay en la carta.

Lo primero que debes saber es que hay dos tipos de menús. Por un lado está el bautizado como Rodizio, que incluye carnes ilimitadas (cerdo, ternera, cordero y pollo) y también guarniciones (frijoles, plátano frito, arroz, maíz, puré de patata, ensalada y patatas fritas). En este caso el precio varía si es día de diario o fin de semana y si es cena o comida de 15 a 20 euros.

El segundo incluye estos productos, pero hay que incluir la bebida (refill en refrescos), el postre (helado, tequeño de Nutella con helado de vainilla, tarta de maracuyá con chocolate blanco, cheesecake, brownie de chocolate con helado de vainilla, tarta de coco y piña asada) o café. En este caso el precio varía también si es día de diario o fin de semana y si es cena o comida de 24 a 29 euros.

A la hora de elegir uno de los restaurantes de la cadena BrasayLeña, nosotros estuvimos en el del centro comercial Nassica que es muy luminoso y espacioso, pero también os aconsejamos el que está en Tres Aguas porque tiene parque de bolas de tres plantas. ¡Ideal si vais con niños pequeños y muy movidos!

BrasayLeña, el paraíso de los carnívoros

restaurantes de brasa y leña

¡Y llegó el momento de hincar el diente! ¡Y de contarte nuestra experiencia! De las guarniciones, nosotros pedimos ensalada (va con salsa tropical, pero puedes solicitarla sin ella), frijoles para mezclarlos con arroz blanco, patatas fritas y puré de patatas, que triunfó entre el sector más joven de la familia.

Ante de que llegasen las carnes, les expliqué a mis hijas en qué consistía este tipo de servicio muy típico de Brasil y Portugal donde los comensales pagan un precio fijo y durante toda la velada, los camareros sirven en mesa diferentes tipos de carnes a la espada acompañadas de guarniciones. Y, como no podía ser de otra manera, mis retoñas ¡alucinaron un poco! Nunca lo habían visto y les impresionó, siempre para bien.

El camarero que nos asignaron nos preguntó cómo nos gustaba la carne: poco hecha, hecha o muy hecha. También, si en algún momento queríamos repetir algo. Por cierto, que no te lo he comentado hasta ahora, pero tienen distintos tipos de salsas. No dejes de probar la de chimichurri que hacen ellos. Es un poco picante, pero soportable, ¡no hay que asustarse!

Reconozco que todo estaba tan rico que comimos más de lo habitual, así que en el momento de los postres decidimos decantarnos por cafés/infusiones y por una copa de helado (viene tres bolas de sabores a elegir entre fresa, chocolate y vainilla) para compartir para los cuatro.

Como hemos dicho al principio de este post, la primera vez que estuvimos en BrasayLeña salimos un poco decepcionados. Quizás no fue el día y eso que íbamos solos en plan parejita feliz, pero aquella vez la carne no nos pareció tan sabrosa como esta.

Si ya lo dice el refrán: no hay dos sin tres. ¡Nos vemos en BrasayLeña!