Cuando vives en la zona sur de Madrid, desplazarte hasta la parte norte de la ciudad puede darte pereza, pero desde que nuestros únicos planes son al aire libre, ¡ya no hay límites para nosotros! Y menos mal, porque de lo contrario nos hubiésemos perdido conocer el Monte de Valdelatas, un lugar de lo más completo e ideal para un día de picnic y de ruta verde y corta sin salir de la Comunidad de Madrid y hasta donde llega el metro, por si eres de los que no se desplaza en coche.
Descubriendo el Monte de Valdelatas con niños, rutas naturales en Madrid
El Monte de Valdelatas se encuentra en la localidad madrileña de Alcobendas. Llegar en coche es muy sencillo, solo tienes que poner en el GPS ‘Avenida Monte Valdelatas’ y cuando veas el puente de la foto de arriba empezar a buscar aparcamiento (nosotros fuimos un sábado y no tuvimos problema). Para los que se mueven en transporte público, que son muchos, tenéis que coger la línea 10 de metro y bajaros en la estación de la Granja. De ahí sigue de frente, veis una rotonda, la cruzáis y llegáis al punto que os indica al principio.
Al llegar, debéis cruzar el puente y tomar el camino de la izquierda hasta que lleguéis a una puerta-barrera y encontréis el cartel de ‘Dehesa de Valdelatas’. ¡Aquí empieza oficialmente vuestra ruta! Y veréis que es pasar dentro y parecer que dejas la ciudad a tus espaldas. Abandonas una escena de típico parque para adentrarte en un monte.
Nada más entrar en el bosque verás un montón de bancos, así que si llegas pronto y no están cogidos, ¡deja ahí las cosas y así harás el camino sin mucho peso! Si tienes la mala suerte (a nosotros nos pasó) de que todo está cogido, no preocuparse porque hay un montón de zonas verdes para extender la manta.
La ruta circular que hicimos nosotros fue de tres kilómetros que transcurrieron por pistas, caminos y senderos de tierra, así que son ideales para que los niños se lleven la bici o por si vas con carrito de bebé. Es cierto que existe otra el triple de larga, pero mis hijas aún no aguantan tanto. Su máximo son seis kilómetros y es mejor no forzar, ¿no crees?
El camino está muy bien señalizado, así que no hay pérdida y, quitando una mini-cuesta cruzado un pequeño arroyuelo, el resto se hace sin apenas dificultad. El día que estuvimos nosotros amenazaba lluvia, así que mis hijas empezaron a cantar la canción ‘Lluvia vete ya, otro día volverás. Los niños quieren jugar, lluvia, lluvia, vete ya’. No sé si sus palabras estaban encantadas, pero casi por arte de magia las negras nubes se esfumaron para dar paso a un sol radiante.
Algo que nos gustó mucho fue la mezcla de diferentes tonos verdes que predominaban en el paisaje y el olor que se desprendía de los árboles típicos de esta zona como el pino, la encina o las jaras pringosas. Dicen que por el Monte de Valdelatas también puedes cruzarte con algún conejo o jabalí procedente de El Pardo, pero nosotros no tuvimos suerte. Si tú te encuentras alguno, ¡házmelo saber!
Llegará un momento de tu trayecto que dudarás qué dirección tomar, porque no hay nada señalizado. Tendrás que elegir continuar de frente o torcer a la izquierda (verás un puente de madera que te servirá de guía), que fue lo que hicimos nosotros porque las tripas ya nos sonaban demasiado y mis hijas querían jugar a la zapatilla por detrás, al toma tomate tómalo y al juego de las películas con mímica. ¡El broche final a una jornada en familia en plena naturaleza!