Cuando vas a un restaurante y a la pregunta de ‘¿Volveréis a repetir?’ contestas con un sí rotundo, está claro que la experiencia ha sido más que buena. Y eso es lo que nos pasó cuando probamos los platos de La parrilla de Arganda, un sitio que sorprende por la calidad de su comida, por el trato dispensado por su jefa de sala y camareros, y un espacio que se puede convertir en un lugar perfecto para cualquier tipo de celebración familiar, desde bautizos pasando por comuniones hasta bodas de oro o jubilaciones.
Comida de calidad y trato excelente. Así es La parrilla de Arganda
Salir a comer con niños y evitar los sitios de comida rápida o aquellos en los que los platos principales son hamburguesas o pasta es posible. Todo es cuestión de buscar un poquito. Y en nuestra labor de investigación nos fuimos hasta Arganda del Rey para cenar en La parrilla de Arganda (si vives por la zona sur de Madrid no tardas nada por la carretera de Valencia). ¡Qué gran descubrimiento!
La verdad es que todo fueron alegrías desde que entramos en La parrilla de Arganda, por ejemplo, se puede dejar el coche dentro de la zona de parking del garaje. La segunda de ellas, las instalaciones. Al ser verano, nos habían reservado un sitio en la terraza y no podemos estar más agradecidos, aunque tengo que decir que también vimos los locales interiores y son realmente acogedores (tienen reservados para 10-15 personas).
El problema vino cuando tuvimos que pedir. ¡Había tanta variedad y teníamos tanta hambre, todo sea dicho de paso, que nos costó decirnos! Nos comentaron que todo lo que hacen allí es casero, con productos de primera calidad y que como indica el nombre del restaurante, la parrilla es el método de cocción estrella.
Y mientras tomábamos un refresco bien frío acompañado de un vasito de gazpacho y un aperitivo de ensaladilla rusa, decidimos apostar por los pimientos rojos con ventresca y la tempura de berenjenas con humus y miel de caña, mis favoritas de la noche. Tengo que comentarte que se pueden pedir medias raciones en algunos platos, así que te sugiero que consultes y así tu menú puede ser más variado.
Además debes de tener en cuenta que los platos son bastante abundantes y generosos (el que ves arriba es media ración). Si ya casi salimos rodando, no me quiero imaginar si hubiésemos pedido la entera… porque aún nos quedaban algunos manjares de calidad premium que llevarnos a la boca como una degustación de chipirones a la parrilla y unos bocaditos de bacalao.
Y aunque nuestro estómago estaba casi con overbooking, el olor de la carne nos invitaba a probar un plato de solomillo de vaca en su punto servido con patatas fritas de las de verdad, ¿sabes a lo que me refiero con de verdad , no? Y teniendo en cuenta que en casa lo dulce nos tira más que lo salao, quisimos poner la guinda del pastel a una cena sabrosa y de primera con un trocito de tarta de queso y unas filloas.
Ya te lo anunciaba al principio. En Family Time hemos encontrado un sitio para volver y quizás para celebrar en dos años la comunión de mi hija pequeña (consulta sus menús cerrados desde 39 euros). Para la próxima vez se nos han quedado muchas sugerencias por catar, como las croquetas, el rodaballo para dos (te lo preparan, limpian y sirven delante de ti según vimos de reojo en la mesa de al lado) y la milhoja de hojaldre y crema. Ya sabes, ¡todo 100% casero!
Por cierto si vais con niños, tengo dos sugerencias que haceros de planes previos o posteriores. Si vais a comer al mediodía, antes subiros al tren de Arganda; si acudís por la tarde, pasaros por DiverOcio, un parque de bolas donde pasárselo en grande es la principal prioridad. ¿Nos vemos en La parrilla de Arganda?