¿Pensando en excursiones para hacer con niños? En esta ocasión te proponemos que traspases las fronteras de la Comunidad de Madrid para encaminarte a territorio abulense y descubrir los encantos de Barco de Ávila, aunque algunos lo conocen como el Barco de Tormes porque a pocos kilómetros de aquí nace el río Tormes. Un pueblo con encanto de Ávila.
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Cómo llegar a Barco de Ávila, un pueblo con encanto
Barco de Ávila está situado a los pies de la Sierra de Gredos, de hecho lo han bautizado como ‘la puerta de Gredos’. La distancia desde Madrid es de dos horas y media, por lo que desde Family Time no recomendamos que hagas el viaje en un día porque puede ser muy cansado para los niños, pero también para los padres.
Para llegar desde la capital, no hay pérdida. Carretera A6 (la de la Coruña) hasta Ávila y desde la ciudad de las murallas cogerás la vía que te lleva a Barco de Ávila y que pasas por pueblos y rincones en los que merece la pena pararse (abajo te hago un pequeño resumen de lo que te puedes encontrar en la zona).
En cuanto a la mejor época del año para visitar Barco de Ávila, nosotros te aconsejamos primavera. En invierno la temperatura se sitúa por debajo de los cero grados y puede hasta nevar, aunque eso puede ser una motivación. Y en verano, el calor puede quitarte las ganas de pasear por sus calles.
Otra cosa que debes tener en previsión para planificar tu excursión para hacer con niños en Barco de Ávila es el lugar en el que vas a comer. Por un lado, una buena opción es llevarte bocadillos y sentarte en la zona de columpios que hay a la vera del río; y, por otro, reservar en algunos de los restaurantes que están alrededor de la plaza y que tienen menú del día. Nosotros disfrutamos mucho de los platos de Casa Lucio.
Comenzamos nuestra ruta turística por Barco de Ávila
La ruta turística por Barco de Ávila que te proponemos no tiene ninguna dificultad y es accesible para todos los públicos, además está señalizada y tiene una distancia que no llega a los cuatro kilómetros. Por cierto, la puedes hacer a pie o, para los más deportistas, también existe la opción de moverse en bicicleta (se puede alquilar allí).
El punto de partida se encuentra en la oficina de turismo, a la que te sugerimos que entres para hacerte con un mapa y también para que te informen de los horarios de los museos, iglesias y ermitas y de las novedades que puedan surgir en este pueblo con encanto.
Casi todos los monumentos que vas a visitar se encuentran en la calle Mayor, que es la vía principal en Barco de Ávila y donde se concreta la mayor parte de la actividad. El primero de los edificios que te encontrarás será la antigua cárcel, que ahora alberga la biblioteca (curiosas la escaleras de acceso a la misma). Fíjate en sus puertas y ventanas o en su patio interior porque se mantienen tal cual se construyeron en el siglo XVII.
Nos cruzamos de acera para toparnos con el cine teatro Lagasca y la antigua mezquita. No te esperes gran cosa, porque de ella, por desgracia, solo queda su ventana enrejada y el arco decorado con escritura árabe y una granada en referencia a muchos de los musulmanes que aquí vivieron. Y al lado se sitúa la casa de recaudación o fielato, lugar en el que se cobraban los impuestos municipales sobre la entrada y la salida de mercancías de consumo a la localidad.
En el recorrido por Barco de Ávila fíjate en sus fachadas. Nos llamó gratamente la atención que muchas de ellas estaban hechas con tejas colocadas al revés y pintadas de distintos colores. ¿Lo habéis visto alguna vez en otro sitio? ¡Para nosotros fue todo un descubrimiento!
En unos metros llegarás a la Casa del Reloj y a la Plaza Mayor, donde se celebra el mercado medieval y donde nosotros compramos las típicas judías de Barco de Ávila para hacer una rica fabada en nuestra casa de Madrid.
Al final de la calle está la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, declarada monumento histórico-artístico en 1931, construida en el siglo XII y uno de los ejemplos del gótico abulense. Impresionante su órgano, tanto desde el punto de vista de la construcción como del sonido que emite.
Nuestro siguiente destino es el Museo de la Judía, muy curioso y una forma de conocer cómo fue y es la vida de los habitantes de Barco de Ávila y la importancia de este alimento para su economía. Desde su terraza se puede observar el puente medieval, un de los monumentos más conocidos y fotografiados de esta localidad por sus ochos ojos y sus seis tajamares.
Te animamos (y casi obligamos) a cruzar sus 140 metros que tiene para entrar (la puerta aparece siempre cerrada, pero tú solo tienes que empujar) que te conducirán a la ermita del Cristo del Caño, levantada en el siglo XIII como respuesta popular a la aparición de un Cristo de madera de tamaño natural tras una crecida del río Tormes.
En este punto, tómate tu tiempo para ver el puente desde distintos lados y para pasear por la ribera del río Tormes sin prisas (aquí es donde te digo que hay un parque). Después, ya solo te quedará acercarte al castillo de Valdecorneja (lo acaban de habilitar para que se pueda recorrer por arriba) y la puerta del ahorcado, la única que se conserva y que formaba parte de la muralla que protegía a Barco de Ávila de las invasiones.
Para los más curiosos, les sugiero acercarse (está cerca del puente medieval) a la calle de la Gallareta, la más corta y estrecha del pueblo y que debe su nombre a las granjas de gallos que allí se instalaron.
Qué ver cerca de Barco de Ávila
Como buenos exploradores que somos, no nos gusta quedarnos solo en un sitio y ya está. Siempre que vamos de excursión en familia a un pueblo, investigamos sus alrededores. Y esto es lo que hemos descubierto y que puedes añadir en la agenda de tu viaje de ida o de vuelta a Barco de Ávila:
- Museo Ibarrola en Garoza, una actividad al aire libre que combina el arte con la naturaleza
- Bonilla de la Sierra, declarado uno de los 100 pueblos más bonitos de España. Aquí parecerá que el tiempo se ha detenido.
- Castro de Ulaca. Un viaje en tiempo hasta llegar a la época de los vetones.
- Ruta por los molinos de Corneja con visita al molino del Tío Alberto.