¡Comienza la aventura! Con la mochila prepara con todo aquello que vayamos a necesitar (agua, protector solar…), emprendemos el camino. Hoy toca descubrir la ruta de la Cascada del Hervidero, en San Agustín de Guadalix, a pocos kilómetros de Madrid. Se trata de una ruta fácil para hacer con los pequeños de la casa con la que vamos a poder disfrutar de todos los atractivos que ofrece la montaña y el campo y que convertirán nuestro paseo en un cuento. Sin duda, es una de nuestras favoritas, no sólo por su facilidad, sino también por su belleza. ¿Quién se anima?
Datos prácticos sobre la ruta de la Cascada del Hervidero
Esta propuesta de senderismo para hacer con nuestros pequeños exploradores está recomendada para niños a partir de 4 años y, aunque el campo no tiene puertas y se puede visitar todo el año, os recomiendo la primavera, por su esplendor, y el otoño, cuando los colores ocres lo inundan todo.
La ruta arranca en el área recreativa de la Laguna de los Patos, situada en la salida 36 de la A1, muy cerquita de la capital. Aquí está la única fuente que encontraremos en todo el recorrido, así que comprobar vuestras cantimploras. El camino a seguir nos conduce por el cauce del río Guadalix (por su margen derecho), donde seremos testigos de números saltos y remansos de agua de gran belleza cristalina. En varias ocasiones hay que cruzar pequeños puentes de madera, que resultan muy atractivos para inmortalizar con nuestras cámaras de fotos. ¿Quién no quiere una bonita imagen en un idílico paisaje?
Y ahora llega lo más difícil, pero solo requiere un pequeño esfuerzo por nuestra parte. Y es que, llega un punto en el que no se puede seguir avanzando a pie de cauce. Es el momento de conquistar la montaña. El camino se eleva para ir por encima del valle, sin perder ningún momento la vista del río. Cerrad los ojos que seguro que podéis visualizar las estupendas vistas. El tramo es un poquito más duro, pero es muy breve. Nosotros, con nuestra pequeña de cinco años solo tuvimos que hacer una pequeña paradita para refrescarnos. Y a partir de aquí, disfrutamos de un camino ancho que se nos presenta a la derecha.
En breve descubrimos un puente de hierro y entonces, ¡ojo!, hay que cambiar la dirección a la izquierda. Preparaos porque en tan solo unos pasos más habremos llegado a las antiguas almenaras de agua e instalaciones de piedra (Almenara del Sifón). Y esto no es más que la antesala del extraordinario paisaje que hallaremos cuando lleguemos a la Cascada del Hervidero. ¡Ya queda muy poco!
Para llegar a nuestro destino hay que descender por una escalera tallada en la propia pared de la piedra. Aquí la magia de la naturaleza se funde con la mano del hombre para convertir el descenso en un cuento de hadas. Su inicio no nos deja ver que hay más allá, pero cuando gira se presenta ante nosotros el espectáculo final. Para los peques es como entrar en un mundo mágico a través de una escalera más propia de duendes y gnomos que de humanos. ¡Y ya hemos llegado!. La zona de la cascada es amplia para descansar y jugar antes de emprender el camino de vuelta, que se hace desandando sobre nuestros propios pasos. En total, la ruta completa se puede hacer entre 2 ó 3 horas, dependiendo de los descansos y el ritmo de nuestros pequeños.
En nuestro regreso nos encontramos con ganado propio de la zona, cosa más habitual de lo que uno puede llegar a pensar. A nuestra hija le hizo gracia poder acercarse a las vacas. Fue un día completo, con montaña, agua, río, cascada, animales, árboles (frenos, moreras, alisos, majuelos…), flores, mucha vegetación con bichitos que nos permitían sentirnos exploradores… En definitiva, fue toda una inmersión en la Naturaleza. Y si hay que ponerle un pero, yo diría que es una ruta que no goza de mucha sombra.
Texto: Azucena Zarzuela.