¡Qué bien sienta respirar aire puro (desde que llevo mascarilla lo valoro mucho más), caminar sin tener de fondo la banda sonora de los claxones de los coches y ver relucir el verde o marrón (según la época del año en la que estemos) de los árboles y el azul de cielo! Y en esta nueva afición y necesidad de buscar y hacer planes al aire libre hemos descubierto una ruta fácil, sencilla e ideal para hacer con niños dentro del territorio de Madrid, la senda del Arroyo de la Fresneda, en Boadilla del Monte. Si no la conoces, ¡te invito a que hagas un tour imaginario con nosotros!
Ruta del Arroyo de la Fresneda para niños
Nos ponemos nuestro outfit deportivo, ya un clásico de los fines de semana, para conocer un rincón de la Comunidad de Madrid desconocido hasta la fecha: Boadilla del Monte. Nos han hablado muy bien de la senda del Arroyo de la Fresneda y en casa, que nos apuntamos a un bombardeo y no rechazamos ningún plan, queremos descubrirla por nosotros mismos.
Hacemos una primera parte ‘oficial’ siguiendo lo que nos han comentando en el Aula Medioambiental de Boadilla del Monte (echa un vistazo a las actividades para niños que tienen mensualmente porque merecen mucho la pena) y partimos del camino que empieza justo en el Palacio de Infante Luis.
Enseguida cogemos una senda asfaltada (perfecta para ir con carritos o silla de ruedas) en la que hay bancos cada poco, aparatos de hacer ejercicios en los que mis hijas se entretienen como si fuera una atracción del Parque Warner y al final del todo un parque para perros. Nosotros no tenemos caninos en casa, pero como es la primera vez que mis hijas ven uno, nos paramos para ver cómo juegan y brincan los animales.
Y ahora empieza lo bueno: dejamos el parque de perros, cruzamos un puente de madera y nos adentramos de lleno en el Monte de Boadilla. Aquí hay libertad total para moverse por donde uno quiera porque, aunque hay una ruta medio señalizada, la cantidad de opciones de camino que hay te dan ganas de recorrerlos todos y pararte en cada uno de los árboles con los que te toparás. ¡Te dolerá el cuello de mirar tan alto!
Aunque sin duda a los niños les llamará la atención el que se conoce como el Árbol Caído, un antiguo pino colocado en el suelo por el que tus hijos, como hicieron las mías, se subirán una y otra vez y no querrán avanzan más. Cerca de aquí, podrás sentarte a descansar en el observatorio de aves. ¿Cuántas especies seréis capaces de ver? Te aviso que los que no faltan son los patos en la laguna.
Y, de aquí, a caminar sin prisa, a disfrutar con el verde del césped y el amarillo de las hojas de los árboles, a pararnos a dibujar en la arena con palitos que descubrimos en nuestra ruta, a coger bellotas, a jugar a hacer volteretas… En definitiva, a conectar con la naturaleza y a olvidarnos del estrés diario.
Para terminar esta ruta (o quizás algunos prefieran hacerlo antes mientras los niños juegan en el parque de madera que hay junto al aparcamiento gratuito), te sugerimos que reserves una visita en el Palacio de Infante Don Luis (El huerto y los jardines son de acceso gratuito), propiedad del último hijo de Felipe V y hermano de dos grandes de España: Carlos III y Fernando VI.
Se trata de una construcción neoclásica que cuenta con mucha historia, y es que entre sus muros se alojaron importantes personalidades como el pintor Goya, el compositor Luigi Boccherini o el arquitecto Ventura Rodríguez, encargado de su diseño.