Te proponemos un plan para chuparte los dedos (literalmente). ¿Qué te parecería asistir a una cata gourmet de chocolate? En casa, que somos más de dulce que de salado, no hemos podido resistirnos a participar en Taller de chocolate, una experiencia nueva y diferente a lo que hasta ahora habíamos hecho.
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Tres cosa que harás en el taller de chocolate
Lo que tienes que tener claro a la hora de hacer este taller de chocolate es que vas a cumplir con tres objetivos: pasártelo muy bien, comer mucho chocolate y hacer tus propios dulces chocolateados para después llevártelos a casa. Con esta premisa se presenta Jose Luis, el maestro artesano, de este taller y su incomparable ayudante Eva en el comienzo de esta master class del chocolate.
Este sábado mi hija pequeña y yo disfrutamos de esta experiencia chocolatera diferente de una tarde de chocolate con churros en la cafetería de la esquina de casa, deliciosa también, pero más tradicional.
Y es que a pesar de ser una master class no es como las clases de matemáticas con preguntas difíciles de contestar, porque quien no sabe contestar a la pregunta ‘¿cuál es tu chocolate favorito?’ Blanco, con leche o negro ¿no? Aunque si esta pregunta se la haces a alguno de los papás y mamás sentados en esa aula seguro que su sabor de chocolate favorito ha cambiado desde cuando con el paso del tiempo.
Como por ejemplo me pasa a mí, de pequeña al igual que mi hija, devoraba el chocolate blanco, después el chocolate con leche y ahora no me privo de una onza de chocolate negro 70% antes de irme a dormir. Y siempre, siempre el chocolate a la taza el día de mi cumpleaños y el día de año nuevo que me hacía mi abuela y ahora mi madre.
Un taller de chocolate único
Pero vamos al lío, después de preguntarnos por nuestro chocolate favorito, José Luis empezó a darnos a probar diversos chocolates, tres categorías de chocolate blanco, de lima limón, de fresa, y luego otras tres categorías de chocolate con leche, y de caramelo.
‘¿Solo se come chocolate?’ se estaré preguntando el lector, es decir, tú. Te diré que tengo también jugamos: hicimos piruletas, galletas chocolateadas, palomitas bañadas en nuestro sabor favorito de chocolate… Jose Luis fue enseñándonos a bañar los kikos y mojar las palomitas y como debíamos colocarlas en nuestra mesa de muestra.
Nos propuso trabajar con el chocolate y los elementos de nuestro otro plato colocado a la derecha de nuestra mesa: una galleta, un corazón, la silueta de un corazón, una nube, todo mientras nos explicaba los sabores de chocolate que íbamos degustando.
Y todavía había más: dos categorías de chocolate negro para probar. Ese que a los niños no les gusta mucho y hacen muecas mientras lo mastican porque dicen que no está dulce. Y es aquí cuando tú, mamá o papá, saboreas tu momento y te comes todo el chocolate que tienes en tu plato de cata, porque los anteriores sabores los has dejado para ellos.
Por este motivo y si eres amante del chocolate te animo a que hagas también este taller para ti pero en la versión adulto (también recomendado para niños mayores de 10 años), lo vas a disfrutar y te vas a llevar tu propio tupper a casa.
Sorpresa final en el taller de chocolate
Como en toda clase a la que vamos en el cole, ya sea de matemáticas o de lengua, no solo nos hacen preguntas y hacemos deberes sino también aprendemos algo nuevo, algo que no sabíamos.
Aquí también hicimos un descubrimiento, pero silencio, es secreto porque no quiero estropearos ese momento en que por primera vez se prueban las cosas. Solo deciros una cosa, al principio os comenté que había tres sabores de chocolate: el blanco, con leche y el negro, pues bien solo, tras hacer este taller de chocolate, os insinuaré que la contestación no es del todo exacta.
Cumplimos los tres objetivos que nos propusieron Jose Luis y Eva y esta mañana, de camino al colegio, mi hija me preguntó que cuando volvíamos al taller de chocolate. Si te animas, quizás nos encontremos por allí.