Hay veces que decir ‘no’ es la mejor de las opciones y sino que se lo digan a nuestra amiga protagonista de hoy, ‘Paula, la eriza testaruda’. Y es que cuando sus amigos la insisten para que duerma en una cama de agua o juegue a los disfraces ella lanza una negativa. Hace unos días leímos este cuento en casa y el éxito ha sido enorme. ¡Enseguida te cuento por qué!

Los valores de ‘Paula, la eriza testaruda’

paula la eriza testadura

Permíteme que me presente, creo que aún no nos conocemos, me llamo Beatriz Martínez, Bea para los amigos, y, desde que tengo uso de razón, siempre me veo a mí misma con un libro entre las manos. Tengo dos niños adorables, Adri, de 7 añazos, y Sandra, de 2 años. El caso es que, como no podía ser de otra forma, mis hijos siempre se han interesado por la lectura. ¿Será cosa de familia? ¿O tal vez sea porque siempre tengo libros de su edad en cada rincón de la casa? Sea como sea, el caso es que nunca pasan más de dos días sin que nos sentemos juntos en el sofá a leer un cuento.

El último ha sido ‘Paula la eriza testadura’, autor Tülin Kozikoglu, ilustrador Sedat Girgin, que parece pertenecer a la saga, también familiar, de los cuentos de la Fonten, donde siempre hay una lección que aprender. ¿De qué trata este cuento tan bonito? No te lo voy a contar todo, tendrás que descubrirlo por ti misma, pero te diré que habla de la amistad, de cuidarse los unos a los otros, de que tus seres más queridos se convierten en familia tengan lazos de sangre o no y de que para ser testarudo hace falta más de una persona.

Paula, una eriza de lo más peculiar, no se quiere dormir, ‘¿qué me va a pasar porque no duerma una noche?’ Se dice a sí misma, pero como resulta que sus amigos también son un tanto testarudos, la insisten hasta que logran que Paula se vaya a dormir a… ¡la cama de agua! ¡Imagínate el desastre! Una eriza sobre una cama de agua… Y así un montón más de situaciones súper divertidas idóneas para leer con los niños.

Ser testarudo, de vez en cuando, está súper bien

¿Qué han aprendido mis hijos de este precioso cuento de la editorial Flamboyant? Pues que ser testarudo, de vez en cuando, puede ser algo maravilloso. Yo estoy encantada con la lección. No me malinterpretes, claro que quiero que mis niños me hagan caso cuando les digo que es hora de lavarse los dientes o de vestirse y no hagan como la eriza y se cierren en banda, pero sí que creo que también es importante que vean que saber decir que ‘no’ es necesario, que tienen que aprender a alzar la voz cuando quieran dar su opinión y que no siempre hay que hacer lo mismo que hacen los demás. Ahora que lo pienso bien, quizás la moraleja sea sobre la importancia de tener personalidad, ¿no te parece?