Visitar el Hayedo de Montejo de la Sierra es una experiencia que debes vivir al menos una vez en la vida y es que se trata de un bosque que encierra tanta belleza que por mucho que te cuenten o veas fotos en internet no te puedes hacer una idea de lo hermoso que es este lugar. Como ya sabrás acceder a él es complicado porque las entradas son limitadas, por eso desde Family Time te hemos preparado una ruta alternativa por el Hayedo de Montejo de la Sierra que, aunque sabemos que no será lo mismo (las visitas por el bosque son guiadas), sí te permiten deleitarte con su paisaje y puede ser aún mejor, ¡te lo prometo! Una perfecta ruta de senderismo para hacer en otoño en Madrid.
Ruta ‘no oficial’ por el Hayedo de Montejo de la Sierra con niños
Montejo de la Sierra se sitúa en el norte de Madrid, a unos 100 kilómetros de la capital. Tienes que coger la carretera de Burgos (A-1) y cuando pases Buitrago de Lozoya, desviarte hacia Gandullas (M-137). Después llegar hasta Prádena del Rincón y unos kilómetros más adelante ‘habrás llegado a tu primer destino’. Estarás en el pueblo, pero después de la parada que te recomiendo a continuación, deberás seguir unos kilómetros más hasta llegar al Hayedo de Montejo de la Sierra.
Te aconsejo que, antes de empezar tu caminata y tanto si has metido comida en tu mochila y sobre todo si no lo has hecho, te pases por la panadería Nani (llevan más de 30 años en el pueblo) porque tienen los mejores ‘cojonudos’ de la comarca y los mejores ‘preñados’, que son los bollos que llevan chicha de la matanza. También tienes, por si lo tuyo no es la carne, empanadas de espinacas o de bacalao, que están deliciosas no, ¡lo siguiente!
El camino sale desde el mismo sitio que la ruta oficial (cruzando el puente a la izquierda), pero va en paralelo por el borde el río y es tan bonito… El sonido del agua sumado a los rayos del sol y a las distintas tonalidades de verdes, naranjas y marrones de las hojas de los árboles hacen que te vayas parando casi cada paso que das para disfrutar al máximo de este regalo de la naturaleza.
Los niños se lo pasarán pipa buscando setas, eso sí, advertirles de que es mejor no coger ninguna e incluso no tocarlas porque pueden ser venenosas y el contacto con la piel puede ser peligroso (no es que me quiera poner dramática, pero sí es necesario comentarlo).
También alucinaron cuando les contamos qué era la barba del viejo (una especie de musgo), un síntoma de que no hay contaminación en el ambiente, y te puedo asegurar que en Montejo de la Sierra hay muchas de ellas. ¡Aquí el oxígeno es puro! Para nuestra sorpresa en esta ocasión (otras veces no las hemos visto) nos hemos encontrado vacas con sus terneros pastando en el campo. ¡Muy idílico!
Para comer puedes buscar una explanada que esté mullidita para extender tu manta o regresar al inicio de la senda, donde hay una área recreativa con mesas que también puede ser una excelente alternativa.