Hay experiencias que todos los seres humanos debemos probar, al menos, una vez en la vida. Y una de ellas es por su sencillez y por todo lo que nos puede aportar y podemos aprender de ella montar a caballo. ¿Que no has hecho aún ninguna ruta a caballo? Te voy a hablar de Granja Conka, un centro hípico situado en Collado Mediano con más de 25 años de trayectoria.

Las rutas a caballo. Una oportunidad para aprender más sobre los miedos

ruta a caballo con niños

En cada una de las rutas que hacemos en familia y con amigos por la sierra de Madrid siempre o casi siempre nos cruzamos con gente montando a caballo y siempre mis hijas expresan su deseo de montar a caballo. Sí que es cierto que en nuestro pueblo, Gallegos de Sobrinos, han tenido la oportunidad de dar una mini vuelta sobre alguna yegua, pero debe ser que les ha sabido a poco porque lo repiten constantemente.

Así que, en nuestro afán por hacer actividades al aire libre y que descubran y prueben nuevas experiencias, les concedimos este deseo. Buscábamos un sitio especializado, con trayectoria y que supiera hacer las cosas bien y nuestros amigos de GlobalCamp, empresa de campamentos de verano, nos hablaron muy bien de las instalaciones que Javier tenía en Collado Mediano. ¡Qué razón tenía! Nuestra elección no podía ser más acertada.

Este centro ecuestre está situado a las afueras de Collado Mediano (Carretera A 6 hasta Villalba, después coge la M-601 y posteriormente la M-863), en mitad del campo, por lo que las vistas panorámicas mientras están en plena ruta son una maravilla.

rutas a caballo con niños

Antes de llegar allí, nos dieron unas recomendaciones en cuanto a la mejor indumentaria para hacer esta o cualquier otra ruta de caballo: vaqueros, botas de montar (si tenéis) y la posibilidad de llevar vuestro propio casco (nosotros fuimos con el de las bicis), pero allí tienen y los desinfectan cada vez que los usa alguien.

En la primera parte (suele ser una hora) Javier y su equipo nos explicaron las características de los caballos sobre su dentadura, sobre lo que comen, sobre cómo tratarlos, sobre qué les gusta… Y, como no, también cómo hay que subirse correctamente al animal.

Mi hija mayor (10 años) fue la más lanzada de la familia, en cambio la pequeña (seis años) se mostró más temerosa y los adultos, aunque con un poco de temor, dimos ejemplo y seguimos las instrucciones. Como nos contó el dueño de Granja Conka, la equitación es una manera de que las personas saquemos nuestros miedos y aprendamos a gestionarlos. Y es que los miedos tienen su parte buena: nos alertan de posibles peligros.

La segunda parte de esta ruta a caballo se desarrolla en el picadero. Allí dimos unas vueltas para ir cogiendo confianza y algún que otro ejercicio para mantener el equilibrio y la postura, algo muy importante en la realización de este deporte. Según las habilidades y la actitud, te asignan un monitor o te ‘permiten’ ir solo. ¡Aquí todo es seguridad!

Y, llegó el gran momento y el más esperado, salir de las instalaciones para realizar un recorrido en plena naturaleza con sus mini desniveles y algún camino más estrecho que otro. Arriba del caballo te das cuenta de lo empático que puede llegar a ser este animal y, también, de lo agradecido que es. Si tú te diriges a él con cariño y respeto, ¡él te lo devolverá! «El caballo no ha de ser un esclavo que lleva a su amo, sino un bailarín que evoluciona y se desliza con él», es una de las máximas que tienen aquí.

Beneficios de montar a caballo

montar  a caballo

Tengo que reconocer que esta experiencia, si la practicas a medio largo plazo, puede llegar a tener muchos beneficios, además del mero hecho de disfrutar y pasarlo bien.

  • Mejora nuestra posición corporal. Aquí es muy importante mantener la espalda recta y no dejar vencerse hacia adelante.
  • Favorece la circulación sanguínea. El caballo tiene una temperatura corporal mayor que la nuestra, lo que hace que cuando subimos en él repercuta positivamente en nuestro organismo.
  • Nos hace conectar con la naturaleza y fomenta el amor hacia los animales.
  • Facilita los estados de calma. Después de los nervios del primer momento, si nos dejamos llevar por el animal conseguiremos relajar todo nuestro cuerpo y liberar tensión y rigidez de los músculos.
  • Desarrolla nuestra autoestima, seguridad y confianza nosotros mismos. Aunque al principio lo veas como algo difícil o casi imposible, llevarlo a cabo te ayudará a ganar seguridad y confianza en nosotros. ¡Tú puedes!
  • Ayuda a la concentración y a la atención. Aquí hay que estar pendiente de llevar bien las riendas, del camino que tomamos, de las indicaciones que le damos al animal…