No hay dos sin tres. Y si lo prometido se cumple (y así queremos que sea) acabaremos llegando a la quinta entrega. Y es que ya está en nuestras manos (leído en solo dos días) ‘Skandar 3. Los juegos del caos‘, el tercer volumen de la superventas A. F. Steadman. La editorial Salamandra sabía el potencial que había en estas páginas y supo apostar fuerte, hace unos pocos años, por esta saga épica de fantasía donde nada es lo que parece.

Skandar, una saga llena de fantasía

la saga de los libros skandar

Esta lectura es pura adrenalina y todo un salto mortal a cada vuelta de página.  Skandar sigue siendo nuestro héroe y su pandilla (que ya hemos hecho nuestra: Flo, Bobby y Mitchell) nos llevan al disfrute de una aventura de unicornios sangrientos que no se lee, sino que se devora.

Las dos primeras entregas (Skandar y el ladrón del unicornio y Skandar y el jinete fantasma), de las que ya te hemos hablado, han permanecido en nuestra memoria a la espera de este nuevo libro casi casi contando los días porque llegara la fecha de la publicación.

Y ha llegado. Ahora toca disfrutar de la magia de los elementos, de acrobacias y feroces batallas en el cielo, de carreras trepidantes y de muchos valores bajo el ala de estos unicornios sedientos de sangre.

Y es que, la aventura continúa con el mayor desafío hasta el momento relatado. Para sobrevivir a su tercer año y pasar de volantes a polluelos, nuestros protagonistas del Nidal deben enfrentarse en su formación a una serie de pruebas aterradoras (está en juego convertirse en nómadas y ser desterrados dejando algo más que sueños rotos por el camino) en las zonas Elementales de la Isla. Aquí, la fidelidad, la lealtad y la amistad y los vínculos entre jinete y unicornio llegarán al límite y solo los más fuertes lograrán pasarlas.

¿Qué pasará en ‘Skandar y los juegos del caos’?

skandar, un libro para niños de 12 años

“Durante las pruebas tenéis que recurrir a la magia elemental que habéis aprendido hasta ahora, adaptaros rápidamente a nuevos entornos y confiar en vuestros instintos, valor y habilidades. Si las superáis el vínculo jinete-unicornio (tanto mágico como emocional) será más fuerte y os preparará para los dos últimos años en el Nidal y para el objetivo final de clasificaros para la Copa del Caos”. Ahí es nada. 

Nuestros chicos tienen que reunir cuatro piedras del solsticio (objetos sagrados y símbolos del origen del poder de la Isla) en las pruebas: una piedra de tierra, una de fuego, una de agua y una de aire. Cada una de un Elemento. Tranquilos, ya descubriréis por qué el elemento Espíritu no tiene piedra.

Así, sin más, la cosa ya parece difícil, pero siempre hay un más difícil todavía en el imaginario de Steadman y muchas piedras en el camino que sortear. ¿Lo conseguirán? No quiero destripar ningún contenido, pero solo os recuerdo que la Tejedora (la villana con sorpresa desvelada en los libros anteriores) aún continúa por las páginas de esta aventura. Y no escribo ya más sobre este asunto.

¿De las estanterías a la gran pantalla?

la saga de los libros skandar

El año de los volantones conlleva el mayor sacrificio por parte de los jinetes. Durante los juegos del caos es cuando se forjan los verdaderos jinetes. Los cuartetos pueden destruirse, las amistades pueden quebrarse y la caballerosidad dar paso a la ambición. Muchos pueden fracasar. Pero, incluso para los que lo logren, ¿cuál será el coste de recoger todas las piedras elementales? ¿Y merecerá la pena por un puesto en el Nidal?

Y mientras esas pruebas se suceden, un terrible descubrimiento pone en peligro el futuro de la Isla (como veis no hay tregua para el lector) y todos los dedos apuntan en una dirección… ¿Hagan sus apuestas? A medida que crecen las sospechas y las fuerzas oscuras se reúnen Skandar debe decidir dónde está su lealtad. 

No quiero acabar sin recordaros que los derechos de la saga están vendidos al mundo audiovisual. Así que en esta casa estamos cruzando los dedos porque la primera película llegue pronto a las salas de cine y el siguiente libro caiga de nuevo en nuestras manos para también devorarlo.