Una cosa es educar y otra entretener. ¿Te has planteado qué haces tú con tus hijos? Si has contestado la primera, ¡enhorabuena, lo estás haciendo muy bien! Si por el contrario, te has decantado por la segunda opción, tengo que darte una mala noticia: los padres y madres NO somos animadores de tiempo libre.

Qué pasa cuando los niños se aburren

Hay que cubrir ciertas necesidades de los niños, pero no estar programando cada minuto de su vida. ‘Los niños tienen y deben aburrirse y nosotros debemos crearles el mejor entorno para que ese tedio y hastío se instale por unos minutos o puede ser alguna hora en su vida’, explica Beatriz Pérez, coordinadora de Va de Cuentos, dentro del taller Aburrigym organizado por la escuela Sprinter, una iniciativa de la cadena deportiva Sprinter para apoyar a mamás y papás durante la vuelta al cole con talleres gratuitos.

¿Somos malos padres cuando nuestros hijos se aburren y no hacemos nada para remediarlo? ¡No! Así que, por favor, fuera ese sentimiento de culpabilidad de tu cabeza cuando el niño te venga con la queja. Los niños deben no hacer y así encontrar momentos de observación, de parar, de pensar, de reflexionar, de mirar, de imaginar, de sentir…

Los niños y las niñas de hoy en día están sobreestimulados y, como consecuencia, su mente se bloquea y no dejan que su creatividad e imaginación salgan a flote. ¿Qué se hace para aprender a gestionar el aburrimiento? Nada, aburrirse, y es que hasta que no te aburres no sabes cómo salir de ahí.

Por qué el aburrimiento es una las lacras del siglo XXI

El aburrimiento es una emoción y las emociones cada uno las vive de una manera y todos sabemos qué es aburrirse, pero cada uno se aburre a su manera. Un ejercicio para acercarnos a los niños es recordar cómo nos aburríamos nosotros y qué nos pasaba; si lo recordamos veremos qué diferente era nuestra infancia y la de nuestros hijos.

A nosotros nos decían ‘cómprate un burro’ y en cambio ahora los padres nos agobiamos y nos volvemos locos para pensar en cosas que hacer o proponerles. ¡No entendemos por qué se aburren los niños! ¡Aquí encontrarás algunas de las causas que nos ha dado Bea, de Va de cuentos!

  • Vivimos en una sociedad en la que el móvil es una extensión de nosotros. Tantos aparatos tecnológicos (móvil, tableta o televisión) lo único que hacen es empujarnos a desarrollar actividades que son rutinarias. Al hacer actividades repetitivas tanto tiempo, buscamos salir de esa desgana a través de estas acciones a las que estamos constantemente acostumbrados en lugar de encontrar algo creativo. Lo peor de todo esto es que se trata de acciones pasivas en las que la persona no tiene que hacer nada: ver una película, consultar instagram…
  • La sociedad está en continuo cambio y parece que lo que tenemos hoy se queda desfasado mañana. No hemos terminado de ver la última temporada de ‘Juego de Tronos’ y ya ha salido la nueva de ‘Outlander’. Tenemos un bombardeo de información excesiva que nos mantiene en ese enganche de querer siempre algo nuevo. Y, por desgracia, nuestros hijos viven en la constante necesidad de la novedad.
  • No sabemos gestionar el tiempo libre porque es la tecnología la que nos ‘ayuda’ a gestionar el aburrimiento, pero realmente no lo hace.
  • Estamos todo el rato con distracciones sonoras. ¿Nunca lo habías pensado? ¡Pruébalo por un momento! Puede que tengas el whatsapp encendido, la televisión puesta, la ventana abierta… Esto hace que nuestra capacidad de concentración disminuya y, por lo tanto, digamos eso de… ‘¡me aburro!’.
  • Las redes sociales provocan unas altas expectativas de auto-realización.Facebook, Twitter, Instagram o Tik-Tok muestran una imagen que ‘mola’, pero que no es real y eso lo único que genera es frustración.

¿Qué aprenden los niños cuando no hacen nada? 

De repente tienen que ocupar su tiempo y, aunque te parezca increíble, aprenden a ocuparlo. Y, lo que es más importante, aprenden a tener paciencia, a elegir, a escucharse, a ser más autónomos, a ser resilientes, a gestionar su frustración, a tener habilidades… 

Tu cerebro empieza a activarse, a buscar soluciones, a desarrollar la creatividad, a ser más curioso. ¿Empezamos a aburrirnos hoy mismo? ¡Nosotros lo tenemos claro!