“La fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor”. ¿Te suena esta frase? Entonces has nacido antes de los ochenta y seguro que veías en Televisión Española la serie Fama. Si es así, hay un musical que no te puedes perder: ‘Fama, el musical’, en el Teatro EDP Gran Vía de Madrid (c/ Gran Vía, 66). Allí recordarás tus sobremesas de domingo de hace casi cuatro décadas y cantarás y bailarás, entre otros temas típicos, Remember my name.
Lo que ‘Fama, el musical’ enseña a nuestros hijos adolescentes
Olvídate de Leroy, de Coco, de Bruno, de Nicole, del profesor Shorofsky… ahora se llaman Tyrone, Carmen, Mabel, Iris, Joe… Pero da igual sus nombres, lo importante es que comparten con sus ‘antecesores’ sus miedos y sus ansias por aprender y por triunfar. Son bailarines, cantantes, actores y artistas en ciernes que sueñan con ser los mejores.
Y el primer paso para conseguirlo es superar la prueba de audición de la célebre High School for the Performing Arts de la calle 46 de Nueva York. Están en el año 1980 y serán la última promoción que tendrá el privilegio de formarse en sus aulas antes de que las puertas de esta prestigiosa escuela se cierren definitivamente en 1984. Por delante les esperan cuatro años de duro trabajo diario para aprender y formarse en cada una de sus disciplinas artísticas, ya sea música, danza o teatro, y para conocerse a sí mismos.
‘Fama’, teatro musical para adolescentes
Una vez dentro, les acompañarás en sus clases. Sufrirás con la ambición desmedida de Carmen Díaz (capaz de hacer cualquier cosa por triunfar) y con los problemas de aprendizaje de Tyrone (el mejor bailarín de la escuela, pero también el alumno más conflictivo); empatizarás, aunque al principio te cueste reconocerlo, con la señorita Sherman (la severa directora que esconde un gran corazón); te ruborizarás con los comentarios de Joe (mujeriego, cómico y amante del rock & roll); conocerás a la verdadera Iris (talentosa bailarina de ballet que, tras su aspecto esnob, esconde grandes inseguridades); te reirás con Mabel, simpática cantante y bailarina desesperada por perder peso que no puede resistirse a la comida (un poco manido este tema, la verdad, pero tiene una voz maravillosa).
Igual que en la serie, les verás superar sus miedos, equivocarse, acertar, fracasar y triunfar. Aprenderán que en la vida hay que trabajar duro y ser perseverante para alcanzar los objetivos… Todo ello al ritmo de buenas canciones y trabajadas coreografías. La puesta en escena es perfecta y las coreografías son magníficas. Los actores, la mayoría de ellos jovencísimos, llenan el escenario de ritmo y energía. Es imposible no contagiarse de su fuerza.
Grandes y pequeños disfrutamos de lo lindo al final de la obra cuando pudimos levantarnos de las butacas para bailar y cantar. Lo único a tener en cuenta es la edad de tus acompañantes, no está recomendada para menores de 13 años, hay alguna canción y unos cuantos comentarios a lo largo del espectáculo no aptos para niños más pequeños. Dicho esto, saca mallas y calentadores y conviértete en un alumno más.