No creo que exista ningún niño que no haya contestado alguna vez a la pregunta de ‘¿Qué quieres ser de mayor?’. Veterinario, futbolista, médico, bombero, piloto o cajero son muchas de sus respuestas, aunque a veces a medida que crecen se añaden nuevas profesiones como youTuber o influencer. Gracias a Micrópolix, por unas horas, tus hijos podrán sentir que el tiempo ha pasado muy rápido para ellos y hacer realidad su sueño de entrar en el mundo adulto. Pasaporte en mano y 50 eurix en el bolsillo, mis hijas se disponen a pasarlo bien mientras aprenden sobre las profesiones en las que quizás algún día trabajarán.
Así vivimos un día en Micrópolix en Family Time
Micrópolix es un espacio de 12000m2, sin luz natural (algo que a ellos no parece sorprenderles, pero que a mí particularmente sí) y más de 30 actividades donde pasarlo a lo grande. Lo primero que deben hacer nada mas acceder al recinto es sacarse el carnet de conducir. Aquí el realismo es tal que también tienen que estudiar primero el teórico y después el práctico, para posteriormente pasar por la oficina de la DGT y recoger su permiso con foto incluida, ¡como la vida misma!
Después del trámite, nos disponemos a recorrer las dos plantas. Empezamos en un circuito de coches, con semáforos, pasos de cebra y un STOP que hay en la parte inferior. ¡Cualquiera diría que estamos en plena Gran Vía! Después pasamos por la clínica veterinaria, donde aprenden a vendar y a escuchar el corazón del animal que eligen; luego en la tienda se turnarán para hacer de cajeras y consumidores y recibir así su primer sueldo y un sello para su pasaporte.
En la planta de abajo también encontramos el hospital. Allí se pondrán la bata de médicos y, rodeados de fonendos, camillas y/o sillas de ruedas, verán cómo se hace una RCP. Además conocerán los cuidados que necesita un recién nacido y, si os pasa como a nosotras, seréis testigos de la atención que requiere un herido (hubo un ‘incendio’ mientras estábamos allí y había que atender al enfermo).
El supermercado es sin duda el protagonista de esta planta baja, una réplica exacta de un establecimiento de El Corte Inglés. Aquí ellos pueden escoger el rol que quieran adoptar: el de dependiente o el de cliente. En este punto, yo añadiría una propuesta extra, como por ejemplo asignarles una cantidad de eurix extra al entrar y ver qué pueden comprar con esa cantidad de dinero. Por lo que observé, la actividad se basa en llenar el carro hasta los topes y pasarlo por caja sin más. Personalmente creo que se podría aprovechar para que viesen la importancia del dinero y lo que cuesta llenar el carro de la compra, ¡y más en los tiempos que corren!
Después pasamos por los karts, que se realiza previo pago de eurix o con un número de sellos necesarios. Allí se encuentra también el set de la televisión, donde mis hijas fueron protagonistas de un concurso de preguntas y averiguaron cuánta gente es necesaria para hacer un programa entre cámaras, presentadores, regidores…
Una vez que tienen cinco sellos pueden acudir al banco y recibir una beca para hacer una actividad gratis. Mis hijas lo tenían claro: querían conocer el aeropuerto (cuesta 30 eurix y así no gastaban la cantidad que les dieron al principio). El realismo del avión te deja sin palabras. Primero hacen un examen en una pantalla para conseguir que una aeronave realice unas pruebas mínimas y después aterrizar ¡en medio de una tormenta! Aquí sí que mis hijas echaron de menos el papel de la azafata/o o que hubiese mas trabajos derivados del aeropuerto, como los que pesan las maletas o el que hace el checking, pero aún así, se fueron contentas tras recibir su sello por la labor bien hecha.
Y esto es solo un resumen de las más de 30 propuestas de ocio que los niños pueden realizar en Micrópolix. Podría contarte también que pueden estar en el ayuntamiento, ser policía, descubrir quién está detrás de la huella misteriosa dejada en un robo, trabajar en una tienda ecológica pero… ¿qué tal si lo vives tú de primera mano?
Si bien está recomendada para niños de 5 a 14 años, nosotros creemos que a partir de 12 años pierde algo de interés para ellos. Quizá habría que añadir propuestas mas actualizadas relacionadas con los videojuegos e internet para atraer a un público más pre-adolescente. ¡Ahí lo dejo!