Del país de Nunca Jamás, ese mundo de cuentos clásicos con el que hemos crecido ya varias generaciones, hemos descubierto este verano en casa la lectura de las Crónicas de Nunca Jamás, de la escritora Melissa de la Cruz, autora del bestseller Los descendientes. La editorial Anaya está detrás de este proyecto y ya tiene editado dos títulos (supongo que el tercero está al caer, porque la versión anglosajona ya está disponible también, The isle of the Lost). El primer volumen se titula La última hada y nos ha gustado tanto que ha sido cerrarlo por su última página e ir a la librería a por el segundo, El zapato de cristal.
El éxito de ‘Crónicas de nunca jamás’
Como podéis imaginar, por sus páginas desfilan ogros, dragones, enanos, troles, brujos… ¡Todo un mundo de fantasía! ¿O no? Porque precisamente el libro juega con la idea de romper la línea que separa ficción de realidad. Sí, hay puertas mágicas que nos pueden llevar de California a una pradera que acoge la casa de piedra del cerdito responsable de Los tres cerditos.
Nada es lo que parece. Ni siquiera las historias son realmente como nos las han contado hasta la fecha. ¿Cómo se os queda el cuerpo si la maldición que le echa el hada malvada a la Bella Durmiente en su bautizo (aquello de pincharse con una rueca en su decimosexto cumpleaños y dormir eternamente hasta el beso del príncipe) no fuera por maldad, sino para salvarla así de un fatal destino que solo ella había adivinado que sufriría?
El planteamiento del libro nace de darle un giro refrescante a los cuentos de hadas por todos conocidos con una mirada nueva que huye de los tópicos y donde todas las explicaciones son bastante convincentes. Estamos ante un viaje donde la aventura y la fantasía se dan la mano para llenar las páginas del libro de pura magia y adrenalina.
Nuestra protagonista se llama Filomena y, para que nos entendamos, vive en el mundo real, ese que tiene despertadores y niños abusones en el colegio. Un día, después de haberse pasado por su librería favorita (la de puertas y ventanas abiertas al mundo que son estos espacios) sucede algo muy extraño. Con boca abierta y ojos desorbitados que nos quedamos. Los dos personajes protagonistas de su saga favorita de libros, Nunca Jamás, están ante ella. Y la necesitan en su mundo para que les ayude a luchar contra la ogresa que quiere alterar el reino de los cuentos. Aquí empieza el enredo. “Debe de estar soñando… o quizá esté aún leyendo”.
Filomena es fan (pero fan, fan de póster como se dice hoy en día) de la saga Nunca Jamás. 12 volúmenes se han editado y ella hasta se sabe de memoria los conjuros que aparecen en sus páginas. Justo el día anunciado por la editorial para la publicación del decimotercer libro la casa anuncia que no existe, que no ha sido escrito y que no se sabe qué ha sido de la escritora. Pero, ¿qué está pasando?
No quiero hacer spoiler pero como la contraportada lo anuncia os lo adelanto tal cual: “En cuanto se levanta, Filomena respira hondo y mira a su alrededor. O sea, que aquello es Nunca Jamás. ¡El decimotercer y último libro, el que no se ha publicado! Casi nada. Ella está allí. Dentro de las páginas del libro. ¡Está allí! ¡Es increíble!”. Tal cual, nuestra chica ha caído y viajado dentro de su saga favorita para convertirse en una de sus protagonistas. Aún estoy dándole vueltas en qué libro me gustaría aparecerme o con qué personajes me gustaría interactuar de todo el universo literario. ¿Cuál sería el vuestro?
Ahora toca adentrarnos en El zapato de cristal, donde Filomena regresa a Nunca Jamás para descubrir que Cenicienta está lejos de ser la chica inocente que todo el mundo cree. Es capaz de hacer cualquier cosa con tal de convertirse en la princesa Eastfalia. Y ya todos sabemos que el fin no justifica los medios.
La saga Crónicas de Nunca Jamás nos pone ante una serie literaria con los ingredientes ideales para animar a los lectores hasta la última página con una heroína femenina compleja, magia, fantasía, personajes clásicos y mucha acción.