Dicen de ella que es una de las cascadas más altas de la Comunidad de Madrid con 30 metros de altura y la verdad es que impresiona cuando la tienes enfrente. Pero no nos adelantemos porque hasta llegar a la chorrera de San Mamés tenemos un camino de tres kilómetros con subida incluida y alguna que otra sorpresa. ¡Sigue leyendo que te doy todos los detalles de esta fantástica ruta con niños por una de las zonas más bonitas del valle del Lozoya!
La ruta de la chorrera de San Mamés con niños
La chorrera de San Mamés se encuentra en el pueblo madrileño de San Mamés, a apenas ocho kilómetros de Buitrago de Lozoya. Llegar hasta allí es muy sencillo: carretera de Burgos (A1), salida 76 dirección Gándulas y después seguir las señales hasta Villanueva de Lozoya. A dos kilómetros está nuestro destino.
Eso sí, no hace falta que entres en el centro urbano, es mejor seguir las indicaciones que pone Quesería. Allí no hay parking ni nada, pero puedes dejar el coche sin problema. Y, si eres amante de los quesos de cabra, tienes dos opciones para elegir: fresco y curado a un precio de 20 euros cada uno. Lo bueno es que no hace falta que lo compres a primera hora de la mañana porque a tu regreso la tienda sigue abierta.
La ruta tiene una dificultad media y no tiene pérdida: debes cruzar una puerta verde y continuar todo recto. Esta primera parte del camino está destinada a observar el paisaje, ¡una pasada! Lo único, una advertencia, evitar los días de mucho calor porque en una distancia de dos kilómetros no hay ninguna sombra. Y en el caso de que la hagáis, llevad mucha agua porque os va a venir bien para manteneros hidratados. Otro consejo: imprescindible calzado de montaña
Además, este tramo es todo cuesta arriba y a los niños pequeños se les puede hacer un poco pesado, de ahí que no la recomiendo para aquellos menores de seis años o que no estén muy acostumbrados a andar. Tampoco a familias con carrito porque hay muchas piedras, ¡aunque no todas en el suelo! Podrás toparte con algunas a los lados del camino y con formas tan sugerentes como la siguiente. ¿Qué ves tú aquí? ¡Imaginación al poder!
Según avancéis, tendréis la sensación de que el pinar se puede tocar con las manos, y es que pasando de nuevo otra verja verde entráis en un camino rodeado de árboles. ‘¡Qué altos son!’, exclamaba mi hija pequeña mientras alzaba la mirada hacia el cielo. Si vuestros retoños necesitan descansar, podéis hacerlo en una casa abandonada. De hecho te diré que fue nuestro ‘campamento’ a la vuelta, lugar escogido para sentarnos a comer tranquilamente e inventarnos alguna historia de terror.
Esta segunda fase de la senda de la chorrera de San Mamés es la más bonita. Aquí todo es silencio (fuimos muy afortunados porque apenas nos cruzamos con un par de parejas) y de una belleza que hace daño a los ojos. Sabrás que vas por el buen camino si te encuentras la siguiente fuente (mira la foto de arriba). Nos comentaron unos senderistas que se podían rellenar las botellas porque era potable, pero preferimos ser precavidos, aunque no pudimos resistirnos a poner la cabeza en remojo.
A lo largo del camino descubrirás distintas señales que te indicarán que estás a punto de llegar a tu destino: la chorrera de San Mamés. ¡Y es que ya estás muy cerca! ¿Empiezas a escuchar el murmullo del agua? ¿Has visto un riachuelo? ¿Y has cruzado ya un puente? Prepárate para subir unas ‘escaleras’ (antes debían de estar bien construidas, pero el paso del tiempo y la erosión las ha ido deteriorando) un tanto difíciles y a disfrutar de unas vistas únicas.
¿No se te han pasado volando estos tres kilómetros? No tengas prisa en regresar (la ruta es lineal) y busca hueco en una de las piedras (cuidado que resbalan) para disfrutar del momento y relajarte viendo esta maravilla de la naturaleza.
¡Y esto ha sido todo! Solo espero que disfrutes de la ruta de la chorrera de San Mamés tanto o más como lo hicimos nosotros. ¡Hasta la próxima!