¡Ya estoy de nuevo por aquí! Y, como no podía ser de otra forma, te traigo otra recomendación literaria que espero te guste tanto como las anteriores. ¡Mi hijo se ha enganchado a la lectura y no puede parar! ‘La isla de Abel’, de William Steig, editorial Blackie Books, narra una historia maravillosa de aventuras, retos y de descubrir de qué trata la vida.
Descubre con tus hijos las aventuras de ‘La isla de Abel’
Que un niño se aficione a la lectura no es algo que surja de la noche a la mañana ni tampoco por arte de magia. Sí que es cierto que hay pequeños y pequeñas que sienten una predilección por los cuentos, los poemas, las fábulas y demás narraciones literarias mientras que otros niños no tardar en decir aquello de ‘no quiero leer’, ‘qué rollo’.
No obstante coincidirás conmigo que, si les ofrecemos a todos ellos, a los que se interesan por los libros y a los que prefieren otros pasatiempos, cuentos e historias que les llamen la atención y que sean de su edad, ya tendremos la mitad del trabajo hecho.
El libro del que hoy vengo a hablarte, ‘La isla de Abel’, es perfecto para lograr esta misión. Entretiene, gusta a los peques y también a los padres que se paran a escuchar cómo leen sus hijos y sonríen al descubrir los valores y enseñanzas que transmite este título tales como coraje, superación y valentía.
William Steig es el autor de esta obra y de muchas otras. Nació en el Bronx (Nueva York) allá por el año 1907, ¡llegó a vivir nada menos que 95 años! Si no conoces nada de este magnífico caricaturista creador de historias, te diré otra cosa que seguro te llama la atención: su etapa como escritor empezó cuando tenía sesenta y un años.
Cuéntaselo a tus hijos, entenderán que uno puede ser lo que quiera ser, da igual la edad que se tenga, que todos podemos descubrir lo que nos gusta, lo que se nos da bien, lo que nos apasiona cuando tengamos ocho años o cuanto tengamos ochenta.
¡Qué gran lección se lleva nuestro amigo el ratón!
Cuando lo tienes todo, es difícil sobrevivir sin nada. Eso es lo que piensa Abel, un ratón al que no le falta de nada: buena suerte, comodidades, una esposa a la que quiere mucho y un entorno mucho más civilizado de lo que cualquier roedor podría esperar. ¿Qué sucede? ¡Que lo pierde todo! En pleno picnic, una gran tormenta lo arrasa todo y Abel es desplazado a un entorno desconocido para él, nada menos que una isla remota ¡y encima está solo!
Abel tiene que arreglárselas, primero para sobrevivir y, segundo, para averiguar cómo volver al lado de su querida esposa Amanda. La vida le sorprende, no solo por las grandes aventuras que vive en esta isla cada uno de los días que pasa en ella, sino porque además se lleva la gran lección de saber qué es lo que importa y cuáles son los secretos de este mundo que hasta la fecha eran desconocidos para él.
Lee este libro con tus hijos o cualquier otro de los que haya salido del tintero de William Steig como ‘Silvestre y la piedrita mágica’, ‘Irene la valiente’ o ‘Doctor de Soto’ y verás que uno de los pasatiempos de tus hijos será elegir su personaje favorito. ¡Ahí queda!