La Navidad es algo más que luces, compras, reuniones familiares, regalos o cuentos tradicionales. Siempre hay propuestas novedosas de ocio para la familia que llegan a la capital para sorprendernos y ampliar nuestra visión del mundo sobre estas fechas tan señaladas en el calendario. Este año, nos ha dejado con la boca abierta Greedy on Christmas Day, un circo africano, que nos enseña la magia y los valores de una Navidad keniana.
Tabla de Contenidos
Greedy on Christmas Day, un show para vibrar el familia
Es el Teatro Pavón quien acoge a estos artistas y donde tanto hemos disfrutado con el espectáculo (estará en cartel hasta el día 7 de enero). La técnica y la agilidad de los protagonistas de la compañía Kenia Mighty Jambo (cuenta con la colaboración de Virginia Alves, cantante del Circo del Sol) son los auténticos magos de este show lleno de vida y color, que nos ha hecho vibrar en familia en la época más sorprendente del año.
Y es que, era imposible estarse quieto y calladito en la butaca durante el espectáculo. Es un no para de aplaudir e incluso es inevitable que se nos escape algún pequeño gritito y muchos “¡Madre mía!, “¡qué se cae!”, “eso es imposible”, “hala”… Los números son “una pasada”, según los ha calificado mi hija.
No quiero hacer spoiler, pero hay un número que se hace con la comba (sí, sí, la típica cuerda a la que hemos jugado todas las generaciones en este país saltando), llevado al límite, a un nivel superior, al que, acompañado con música africana, nos faltó subir al escenario para poder participar. Los murmullos de admiración, caras de felicidad y un sinfín de aplausos llenaron en ese instante el patio de butacas. Adelanto que mi hija ha vuelto a rescatar del cajón la comba y ahora anda brincado allá por donde va.
El mensaje que nos deja el circo de Kenia
Vamos a la trama y al hilo conductor de todos los números acrobáticos y circenses: la Navidad es una época en la que todo el mundo recuerda que hay que ser generoso, pero el resto del año se olvida todo. El espectáculo nos invita a hacer un viaje por la vida de una persona que se vuelve codiciosa y quiere todo para sí mismo, que olvida la Navidad, pero también olvida que juntos todos llegamos más lejos (supongo que todas las culturas tienen su propio ‘Cuento de Navidad’. La nuestra es la de la obra de Dickens).
Desde Kenia, el espectáculo nos enseña una muestra de la cultura que huye del individualismo y apuesta por el apoyo de la comunidad. Tema nada baladí para una sociedad que se está olvidando de a quien tiene al lado.
¿Os acordáis de aquello de “todos a una Fuenteovejuna”? ¿O de la unión hace la fuerza? Pues esto es lo que nos encontramos sobre el escenario, representado por números acrobáticos increíbles y con una apuesta musical que nos seduce por su exotismo y que nos lleva a tierras lejanas, donde mandan los leones, cebras o elefantes.
Es una apuesta por el teatro familiar, ritual y africano, trasladando al espectador a la tribu de los Massai y a su lucha por la supervivencia. Y, sobre todo, es una experiencia cautivadora y enriquecedora para todo tipo de espectador. Sin duda, es su ‘buena vibra’ que aúna diversión y conocimiento, porque casi sin darnos cuenta, se nos exponen temas tan importantes para reflexionar como la confianza, la amistad, la valentía o el respeto a hablar.
Dos frases que se mencionan en la obra (sí, es un circo, pero también bebe de las fuentes del teatro clásico): “todos somos uno” y “la fuerza de las mujeres mueve el mundo”, aún resuenan en mi cabeza y a las que vuelvo de vez en cuando para encontrar mi propio sentido de comunidad.