¿Buscas un plan al aire libre? Pues a continuación no te damos uno sino dos, porque visitar la ciudad abandonada de Cívica es espectacular, pero antes o después (aquí a gusto de cada uno) merece la pena hacer también una parada en Brihuega. Conoce la ruta que te hemos preparado desde Family Time porque no tiene desperdicio ya que es una excursión para hacer con niños cerca de Madrid y un gran plan al aire libre. ¿Se puede pedir más?
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Cómo llegar a la ciudad abandona de Cívica
Cívica es una ciudad abandonada situada en la provincia de Guadalajara, a pocos kilómetros de otro maravilloso pueblo como es Brihuega.
Cívica está en la mitad de una carretera y no tienes parking ‘oficial’ para poder dejar el coche. Eso sí, enfrente de esta ciudad excavada en la montaña hay una explanada para aparcar sin problema. Además, justo en este punto que te contamos hay un chiringuito que abre en verano y que es todo un remanso de paz para tomarse algo tranquilamente.
Otra sorpresa que encierran los alrededores de Cívica es una impresionante cascada que es toda una maravilla para los sentidos. Depende de la época del año y de las lluvias, puede llevar más o menos agua.
La historia de Cívica
Muchos comparan a la ciudad abandona de Cívica con la capadocia española, pero enfrente tiene un duro competidor en otro lugar de la geografía española, como son los Riscos de las Cuevas en Perales de Tajuña, un lugar en el sureste de la Comunidad de Madrid que desde Family Time también te recomendamos.
Antes de hacer una excursión en familia y de organizar este plan al aire libre con niños, te aconsejo que te empapes un poco de la historia que hay detrás de la ciudad abandonada de Cívica.
El responsable de haber creado esta maravilla fue Aurelio Pérez, un cura que vivió y trabajó en Brihuega a mediados del siglo pasado. Durante dos décadas, cada día después de dar misa se desplazaba hasta este enclave junto a un grupo de trabajadores contratados por él mismo para tallar en la piedra su idea arquitectónica y crear todo tipo de pasadizos, arcos ojivales de inspiración medieval, balaustradas y otras curiosas formas.
Cuando murió, el lugar pasó a ser pertenencia de su ama de llaves. De ella pasó a sus sobrinos que, por lo visto, tuvieron la idea de darle otro uso: de montar un bar al que llamaron ‘El cojo’.
Cívica forma parte de la historia, pero también de la literatura española. Esta ciudad abandonada ha recibido los elogios de Camilo José Cela, Premio Nobel, en su libro ‘Nuevo viaje a la Alcarria’. Estas son las palabras que el autor le dedicó: «Cívica semeja una aldea tibetana o el decorado de una ópera de Wagner. El viajero no estuvo nunca en el Tíbet pero se imagina que sus aldeas deben ser así, solemnes, miserables, casi vacías, llenas de escaleras y balaustradas, colgadas de las rocas y también horadadas en la roca».
Lo más aventureros tienen la posibilidad de poder ‘colarse’ por dentro de esta estructura. Hay distintos accesos, pero debes tener cuidado porque algunos tramos pueden ser un poco peligrosos, sobre todo para los más pequeños.
También hay que prestar atención cuando vas caminando por el interior. Los techos de algunas estancias o de los pasillos no son muy altos y algún padre o madre se puede ir con un ‘regalito’.
Lo que más nos llamó la atención fue la cantidad de ventanas y agujeros que hay en la fachada. Mientras que estábamos allí observándolos en la distancia, jugábamos a imaginarnos cómo había sido la vida en esta ciudad abandonada de Cívica sin calefacción o sin wifi. ¡Fue muy curioso!
Brihuega y los alrededores de Cívica
La visita a la ciudad abandonada de Cívica no es muy extensa, como mucho una hora, por eso nuestro consejo es que ya que te desplazas hasta este rincón de Guadalajara lo combines, por ejemplo, con una visita a Brihuega.
Muy conocido por los campos de lavanda en verano (mes de julio), tiene muchas más atracciones turísticas como la Real Fábrica de Paños, un edificio del siglo XVIII que destaca por sus jardines.
Otros puntos de interés son la iglesia de San Felipe, el convento de San José, la iglesia de Santa María de la Peña, en la que se encuentra la imagen de la patrona de Brihuega, o las cuevas. Y para terminar el día, un recorrido por sus murallas.
Una segunda opción es acercaros a Moranchel, pueblo con casas pintadas y trampantojos, y de ahí acabar en Trillo, bautizado por los turistas como el pueblo de las cascadas.