El museo del videojuego OXO, que ha abierto sus puertas al lado de la plaza de Callao con la intención de convertirse en un plan familiar en el que recorrer 70 años de historia de este dispositivo electrónico, ofrece la oportunidad única de poder jugar a videojuegos históricos en su formato y soporte original y continuar hasta la realidad virtual de nuestros días. ¿Te gusta la idea?
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OXO Museo Madrid, el lugar donde lo único que está prohibido es ‘No tocar’
La primera planta de OXO está dedicada la historia del videojuego. Podrás conocer las joyas de la corona del museo como el juego de PONG de la consola ODYSSEY de 1972 y el juego de Tenis.
También recordarás la sala de recreativos de tu juventud con máquinas arcade de Street Fighter o Tetris. ¿Te atreves a retar a tus hijos con los clásicos? Pues podrás hacerlo gracias a las antiguas consolas como la Atari ¡y sus 200 juegos!; la Nintendo y su juego estrella Mario Bros.; o la Mega Drive de Sega y su clásico Sonic.
La segunda planta está dedicada a los 30 años de Playstation, una historia narrada en primera persona que recorre las tres décadas de esta consola a través de multitud de juegos de los que podrás disfrutar el tiempo que quieras. Además, esta parte de la exposición cuenta con esculturas, simuladores y elementos de coleccionista y los más pequeños disponen de una pequeña ludoteca de Lego.
¿Para quién está recomendado Oxo Museo Madrid?
Si os preguntáis si el museo Oxo Madrid es para todo el mundo, os diría que requisito imprescindible es que te gusten o te hayan gustado los videojuegos, aunque es cierto que vimos a varias madres acompañando a niños que acabaron dándolo todo en las máquinas arcade.
¿Conocéis a alguien que pueda resistirse a una partida de Tetris? Es un plan para hacer en familia, sobre todo si se tienen niños adolescentes.
Se trata de una divertida forma de mostrarles a nuestros hijos cómo, en tan poco tiempo, ha cambiado el mundo del videojuego, y para que tus hijos conozcan un poquito más de tu pasado y os acerquéis juntos al futuro de ambos. De paso, podéis echar una partida al FIFA o ver quién gana al PONG.
El horario para visitar Oxo Museo es de domingo a jueves de 11.00 a 22.00 horas y viernes y sábados de 11.00 a 23.00 horas. La duración de la visita suele estar alrededor de las dos horas, depende del tiempo que le dediques a cada juego.
El precio de la entrada general es de 21.00 euros. Los niños menores de 5 años entran gratis y hay descuentos para niños menores de 13 años, entrada senior para mayores de 65 años y precio reducido para personas con discapacidad (obligatorio justificar en el acceso). También disponen de un pack familiar válido para 4 personas (2 adultos y 2 niños menores de 13 años).
Los videojuegos, a debate
Nací en los 80, y allá por el año 90 cuando hice la comunión, además del típico reloj y del estuche de pluma y boli, mi abuela me regaló mi primera videoconsola: una Atari con más de 200 juegos para no aburrirse nunca de ellos.
Más adelante mi padre nos sorprendió en un cumpleaños con una megadrive y su clásico juego Sonic. Aún recuerdo a mi madre gritar: “O dejáis de jugar o bajó los plomos, ¡venga a cenar ya!”. Eso sí, mientras nosotras tomábamos el plato de sopa y nos comíamos la tortilla francesa, mi padre aprovechaba para jugar a Comandos, juego que todavía guardamos en la casa de la playa.
Los videojuegos han formado parte de mi juventud. Es cierto que actualmente existe cierta controversia en la sociedad sobre las horas que dedican nuestros hijos a estar con estos dispositivos. Yo soy de las que piensan que las cosas en su justa medida no hacen daño.
En estos últimos años hay tanta variedad de juegos que ya la escena de ver a una niña sola delante de la tele echando una partida ha sido sustituida por las quedadas de amigos para ver quién consigue más puntos. Incluso en las fiestas y celebraciones familiares, nietos y abuelos comparten un divertido momento con los mandos de una consola en la mano.
Los videojuegos han demostrado tener beneficios para nuestros hijos: fomentan el trabajo en equipo cuando se trata de opciones que son colaborativas; los videojuegos educativos facilitan el aprendizaje y, en casos en los que juegan con gente de otros países, los idiomas; estimulan las inteligencias múltiples (visual-espacial, lógica-matemática, lingüística, musical, naturalista, cinética-corporal, intrapersonal e interpersonal) y la creatividad de los más jóvenes.
Por último, nos gustaría destacar el papel que pueden jugar los videojuegos en el desarrollo del pensamiento crítico. Como pasa con los libros o las películas, detrás de la historia de cada videojuego se pueden esconder temáticas sociales, un contexto histórico o incluso un intento de transmitir ideas con un componente ético o filosófico. Lo dicho, todo en su justa medida.