Encontrar una ruta por la sierra de Madrid que no esté masificada parece casi imposible, pero te puedo asegurar que solo es cuestión de buscar, buscar y buscar. Con este objetivo estuvimos investigando hasta que dimos con un lugar nada masificado y maravilloso: la Senda de la Puente o lo que es lo mismo la ruta circular con niños en Fresnedilla de la Oliva. Te invitamos a que nos acompañes, pero… ¡shhh, no se lo digas a nadie!
Los secretos de la ruta de La Puente en Fresnedilla de la Oliva
¡Empezamos por la información práctica! Llegar a Fresnedilla de la Oliva es fácil (escribe el nombre en tu GPS) y el punto de partida exacto es también sencillo: el Instituto San Bartolomé, al principio o al final del pueblo, según la carretera por la que hayas accedido hasta este rincón madrileño de la sierra oeste.
Allí hay una explanada para dejar el coche y un cartel informativo sobre la ruta. Nosotros hicimos la foto por precaución, pero es imposible perderse. Hay balizas que indican el recorrido y, además, el trayecto es muy intuitivo. ¿Ves un camino con un poco de pendiente? ¡Cógelo!
Tómate tu tiempo. ¡Aquí no hay prisa! Disfruta del paisaje. Si vas en primavera, después de unos días de lluvia, el verde será el tono que predomine a tu alrededor. ¡Hasta podrás observar distintas tonalidades! ¡Toda una belleza para tus ojos!
Los niños podrán asomarse a algunas parcelas para ver vacas, patos o burros y quizás en el recorrido se crucen con algún lugareño y su caballo. ¡Naturaleza en estado puro! Por momentos el camino parecerá estrecharse, pero de repente se abrirá una extensa pradera.
Aquí nosotros hicimos una pequeña parada para tomar algo y para jugar a hacer el pino y la voltereta lateral. ¡Todo estaba tan mullido! También aprovechamos para asomarnos al pequeño arroyo para ver si veíamos algún pez. ¡No tuvimos suerte!
Es el momento de seguir avanzando por la Senda de las Fuentes y llegar a otro puente de piedras para volver a nuestro lugar de origen o continuar recto y hacer una extensión más de esta ruta para ver un búnker de la Guerra Civil. Optamos por la primera opción porque en esta ocasión 3,7 kilómetros nos parecían suficientes.
En la subida (los días con mucho calor puede hacerse más pesada para los niños) podéis jugar con los niños a descifrar las figuras que se dibujan en las rocas de los laterales. ¿Veréis alguna con forma de serpiente? Otra actividad que te propongo hacer con tus retoños es intentar adivinar los distintos tipos de flores: amarillas, blancas, rojas… ¡Por momentos creerás estar en un jardín botánico!
Y, por si acaso, llevad algo de ropa de repuesto. Alguno/a puede acabar un poco mojado ¡después de acercarse al pilón! Eso sí, al explicarles a las mías que son lugares donde beben los animales, ¡se les quitaron las ganas de meter las manos o/y los pies!
Y si te ha gustado lo que has visto (o mejor dicho leído) hasta ahora, ¡no abandones esta página todavía porque Fresnedilla de la Oliva también es arte en sus calles! Seguimos de ruta, pero esta vez por las calles del pueblo. ¡Esto es un non-stop!
Fresnesilla de la Oliva. Un pueblo con mucho arte
Después de hacer la Senda de La Puente y de montar un picnic para reponer fuerzas, toca hacer una visita al pueblo, ¡es casi obligado diría yo! Aquí os recomiendo hacer la ruta urbana de Casas con vida. Se trata de un proyecto a cargo de la artista Elena Parlange con el que se ha dado una segunda vida a los edificios que estaban abandonados o degradados en Fresnedillas de la Oliva.
En la oficina de turismo os darán un mapa para que localicéis los 17 murales, así que yo te propongo que realices una actividad muy entretenida con tus pequeños. No se lo enseñes, así no saben lo que se encontrarán, y lo que tú haces es darles pistas de lo que tienen que buscar, por ejemplo, una vaca, un cohete, una pareja de baile o un señor haciendo pan. Sin duda, la guinda al pastel a un día en familia muy completo.