Siempre que pensamos en hacer una excursión de ir y volver en el día a nuestra cabeza llegan destinos como Ávila, Segovia o Toledo. ¿Y si ampliamos nuestro radio de movimiento? Así lo hicimos nosotros que cogimos la carretera de Valencia rumbo a la ciudad de Cuenca. Elegimos este enclave castellano manchego porque en hora y media te plantas allí, pero sobre todo porque tiene un montón de propuestas de ocio para hacer en familia. ¿Quieres ver por qué es interesante visitar Cuenca con niños?
Qué ver en tu visita a Cuenca con niños
Teníamos ya ganas de hacer una visita con las niñas a Cuenca porque mi marido y yo habíamos estado de solteros y teníamos un excelente recuerdo de este lugar. Además, vimos la última publicación del @eltrebolitoazul y nos dio muchísima envidia, ¡así que emprendimos rumbo a tierras castellano-manchegas!
Aparcar cerca del centro de la ciudad es un poco difícil, te tocará dejarlo en un parking o a las afueras. La primera parte de la visita nosotros la dedicamos a hacer algo de turisteo para gusto de los mayores. Y así paseamos por la Plaza Mayor, entramos en la catedral, nos hicimos fotos en las casas colgantes, nos perdimos en el barrio del Castillo, nos sorprendimos de lo colorida que es la calle Alfonso VIII…
Después de conocer la historia y los secretos de esta ciudad, ¡nos vamos de museos! Primera parada: Museo Paleontológico, que encantará a los niños amantes de los dinosaurios y del mundo de los yacimientos arqueológicos y de los fósiles. ¿Tu hijo sueña con ser Tadeo Jones? ¡Flipará tanto como las mías!
Segundo punto obligatorio: el Museo de Ciencias. Es pequeño, pero impresionante y, sobre todo, que anima a la participación de los niños porque es muy de tocar, de ver, de manosear, de sentir… Si decides visitarlo, ¡no te arrepentirás!
Tus hijos podrán verse en una cámara de infrarrojos, mandar un mensaje al espacio, sentirse como un astronauta dentro de una nave espacial, conocer los planetas en el Planetario, aprender cómo se forma un tornado, generar energía eólica en una bicicleta estática y disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece la terraza. ¿Se puede pedir más a un museo infantil?
Para el momento de la comida, mi recomendación es picar algo en alguno de los bares que hay en la calle calle San Francisco (La ponderosa o el Fidel) o si quieres algo más en plan sentados puedes elegir entre la Posada de San José en la parte antigua de la ciudad o el Recreo Peral.
Si vais con el coche, podéis ver una aldea que está a 15 minutos de Cuenca por la Hoz del Huécar (la carretera de debajo de las casas colgadas ). Se llama Palomera y recibe este nombre por la cantidad de palomas y palomares que en su día albergó. ¡Dar un paseo por sus calles es trasladarse a la Edad Media! Si os acercáis en verano, además de visitar los principales monumentos (Iglesia Parroquial de San Justo y Pastor), te sugiero que te lleves el bañador y la toalla y te des un baño (aviso: el agua está más bien fresquita) en las pozas de Palomera. Y, para comer, La Noguera.
[Leer más. Ruta de las caras en Buendía. Cuenca]
La ciudad encantada de Cuenca
En tu día en Cuenca con niños, puedes dejar la tarde para visitar la ciudad encantada. ¡Merece mucho la pena para ir con los niños! Hay visitas guiadas, pero también puedes hacerlo por libre. En la caseta de información te dan un mapa. ¿Por qué no dejas que sean tus hijos los que lleven la voz cantante en esta ocasión y que sean ellos los que vayan interpretando las construcciones rocosas que se encuentren en el camino?
Todo está guiado con carteles, así que no hay pérdida. Además se trata de una ruta circular muy accesible y en la que las mascotas son bienvenidas ¡no son más de tres kilómetros! El único pero que le pondríamos es que es de difícil acceso si vas con carrito de bebé o con silla de ruedas.
Ahora es el momento de relajarse, dejar volar la imaginación y dar rienda suelta a tu creatividad porque tendréis que debatir entre todos si lo que tenéis enfrente es una tortuga, un cocodrilo, un perro o un elefante. Nuestra parte favorita es la que se conoce como el nombre de El Tobogán, porque es una especie de callejón estrecho escoltado por grandes paredes de roca. ¿Cuál será la vuestra? ¡Te tocará elegir!