Es complicado describir con palabras la hora (más o menos) que puedes pasear por el Jardín Botánico maravillándote de todo lo que te rodea y, sobre todo, de la experiencia luminosa de Naturaleza Encendida EXPLORIUM. Lo que sí podemos asegurar es que es un plan de los de diez para acudir en familia, para disfrutar de los abuelos. Mezclando la curiosidad de los más mayores con la curiosidad de los más pequeños, resulta algo sencillamente genial y muy, muy, muy divertido.
Descubriendo naturaleza encendida EXPLORIUM en el Jardín Botánico
En demasiadas ocasiones, miramos a los abuelos como transmisores de conocimiento, dadores de cariño infinito y suministradores de tupperwares llenos hasta los bordes de suculentos manjares. Pero no, si los miráis detenidamente a los ojos descubriréis que su capacidad de asombro, su curiosidad, sus ganas y su energía siguen intactos, inmaculados. Tal vez más ralentizados, pero ahí están.
Así que, cacheándoles de arriba abajo para que fueran bien abrigados, nos encaminamos (abuelos, nietos y madre) hacia un mundo que prometía sorprendernos: Naturaleza encendida EXPLORIUM. La plaza Murillo, junto al Jardín Botánico, se muestra espectacular, como siempre. Murillo gusta de rodearse de flores rojas y de personas con inquietudes.
Nerviosos y un tanto impacientes, sobre todo abuelo y nieto mediano, esperamos nuestro turno hasta que nos chequean nuestras entradas y la belleza… ¡se abre paso a nuestros pies! Este año 2021, Naturaleza Encendida Madrid sigue siendo uno de los grandes clásicos de la agenda cultural madrileña durante la Navidad. Afirmar que es una aventura audiovisual para empaparse del espíritu navideño es quedarse corto.
Océano, Mar de Led, Serpientes Marinas, Umbral de la expedición, Corriente, Oleaje, Marca, Fontines, Sizigia, Tormenta, Plancton, Marcas musicales, Medusas, Monstruo Marino, Túnel e Iluminación navideña conforman el mapa de uno de los eventos más esperados de la capital.
Lo que más nos llamó la atención nada más entrar es la ausencia de ruido urbano. Nada de ruedas de coches ni de autobuses que vuelan ni de gente que charla ni de frenazos in extremis. Las luces, el azul, el rojo intenso, el verde vivo, el olor de la naturaleza te sumergen en un océano seco en el que es maravilloso nadar.
Los abuelos se quedan obnubilados con el asombroso oleaje que forma, a la altura de sus ojos, el juego de luces en movimiento, humo y mucha inteligencia. Si dais un pequeño salto (los más bajitos) o estiras mucho el brazo (los más altos) lograréis ser parte de la tormenta marina. Nos costó mucho sacarles de allí, siempre querían más y más.
Las luces no son siempre del mismo color, las olas no tienen siempre el mismo tamaño y fuerza, la música no siempre es la misma…insisten sin despegar los pies del suelo y abrazados a los nietos. Intentando, todos, descubrir el misterio y resolver el misterio: las luces salen de aquí y de allá, el humo viene de arriba, no, de abajo y la música, ni idea.
Los niños corren por el pasillo de las tortugas, los peces y el plancton en movimiento, rodeados de peces que bien podrían ser globos luminosos. Intentan alcanzarlos, corren junto a ellos, les divierte tumbarse en el suelo y que pase sobre ellos. Los más traviesos se esmeran por pisarles. No lo consiguen. Saben que a la luz ni se la aplasta, ni se la gana, pero sí se juega con ella.
Los padres y madres vigilan a sus retoños, a fin de cuentas, es de noche, pero no por ello dejan de alucinar con la iluminación navideña. Abetos rodeados de infinitos cinturones de luz amarilla, praderas azules con brillos, encinas naranjas, robles marrones, cipreses rosas…
El Jardín Botánico de Madrid es uno de esos lugares que siempre deberían ser visitados. Y, si vives aquí, todas las veces que puedas. La paz, la calma y la vida que transmite es digna de ser vivida. Por cierto, la parte de los bonsáis, ¿la conocéis? No os la perdáis. Incluso, si tenéis suerte, podréis saludar a una familia numerosa de patos.
Y, para los que no lo sepan, junto al Jardín se encuentra el Museo del Prado, la Cuesta Moyano, la Catedral de San Jerónimo el Real, el Museo Nacional de Antropología y la Estación de Atocha. ¡Vamos, que os hemos organizado el día!
Damos, pues, el pistoletazo de salida a estas navidades 2021/22 con esta visita al Jardín Botánico de Madrid y a su Naturaleza Encendida Explorium. Sabemos que es muy complicado conseguir entradas a pesar de que abrirá sus puertas hasta el 16 de enero (aún hay plazas, así que no te demores en reservarlas). Para los que no han conseguido entradas o no hayan podido asistir este año, aquí os hemos entregado un trocito de nuestra experiencia. Esperemos que os haya gustado.