Cuando llega el otoño hay rutas que hay que hacer casi por imperativo legal. Y una de ellas es el recorrido que hoy os proponemos por el Abedular de Canencia, una excursión con niños en la que más que liarse a andar kilómetros y kilómetros lo que te sugerimos es mejor observar el paisaje y disfrutar de la naturaleza a través del sonidos de las hojas o del movimiento del agua.
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Cómo llegar al Abedular de Canencia, una actividad al aire libre en la sierra de Madrid
Si sigues este blog, habrás leído ya varias rutas por Canencia, porque esta zona de Madrid en la Morcuera nos encanta y es ideal para visitar en cualquier época del año, aunque como te decimos otoño para nosotros es la preferida por los colores que nos brinda este increíble paraje.
Esta ruta de senderismo para descubrir el Abedular de Canencia comienza en el Puente de la Pasada que se encuentra a mitad de camino entre el pueblo madrileño de Canencia y el puerto de Canencia. Lo verás en una curva que hay a la derecha (si vienes desde el pueblo). Hay que estar bastante pendiente porque es una entrada que hace curva y solamente hay sitio para unos diez coches.
Lo más aconsejable es que madruguéis un poco para poder dejar el coche en este área porque podrás imaginar en esta época no es fácil estacionar el coche (hay mucho automóvil en el arcén que se para a coger setas). Una vez aquí atraviesas una especie de vado y… ¡comienza la aventura para adentrarnos en unos de los lugares al aire libre en Madrid más bellos!
Disfruta de la excursión del Abedular de Canencia en la sierra de Madrid
Os recomiendo que vayáis abrigados porque en esta zona de la sierra norte de Madrid la temperatura baja bastante con respecto a la capital y, aunque amanezca soleado y desde la ventana de tu casa veas un cielo azul celeste, cuando llegas a la zona del Abedular de Canencia te puedes encontrar sorpresas.
Otro consejo es que os toméis esta ruta de senderismo con calma. Este plan no es para ir contando y sumando kilómetros en el reloj sino de un plan al aire libre en plena naturaleza para experimentar y sentir.
Una vez que inicias el camino verás un río y aquí tienes tres opciones. La primera de todas es volver por la orilla contraria. Luego también existe la posibilidad de seguir el recorrido del río, que fue lo que hicimos nosotros. Eso sí, llegará un momento en el que no podrás avanzar más, pero merece la pena porque se ven los saltos del agua.
Es realmente muy bonito porque te metes de lleno en la zona del pinar. Serán 500 metros, pero no dejes que te lo cuenten y sé testigo con tus propios ojos de esta belleza.
Cómo hacer la ruta del Abedular de Canencia
Y la tercera opción una vez que has regresado es subir una pendiente que lleva a la Chorrera de Mojonavalle. Es la única cuesta que hay en el camino (para los más perezosos) pero se va recorriendo con calma y cuando menos te los esperes estás arriba.
Una vez que has alcanzado la Chorrera e Mojonavalle verás un mirador. A partir de aquí, está senda del Tejo pero no está muy bien indicada, así que en casa no nos atrevimos a hacerla y volvimos a nuestro punto de inicio sin prisas.
Esto es pasear por una alfombra de hojas de tonos ocres mientras escuchas el murmullo del agua. 100% recomendable. Mis hijas lo definieron como un bosque de hadas. Hay poca gente y todo es paz.
Por cierto, si se te hace corta, súbete al área recreativa de Canencia. ¿No te ha parecido uno de los mejores planes al aire libre para hacer con niños en Madrid durante la época otoñal?